Crece el debate sobre las elecciones primarias

En efecto, crece el debate sobre las elecciones primarias en el interior del Partido Socialista y también en los sectores aún interesados por las cuestiones políticas y de los partidos. Con este título aparece un artículo en El País en el que algunos dirigentes del Partido se pronuncian sobre este procedimiento.

También en este blog se han ido subiendo artículos y opiniones sobre el asunto. Por mi parte he acudido a mi biblioteca particular y he releído el artículo al que echo mano en parecidas ocasiones:

Las primarias se idearon en su día para un mejor cumplimiento de aquellos requisitos que, según Robert Dahl, distinguen a un buen proceso democrático: participación efectiva, igualación de las oportunidades de voto, información competente e inclusión. Sin embargo, al cabo de los años no es ociosa la duda, que subyace al artículo de Boix, sobre si la práctica de las primarias se produce en condiciones que favorecen su reproducción estable o si, por el contrario, las limitaciones empíricas, las constricciones sistémicas y la falta de correspondencia entre fines propuestos y motivaciones de los actores terminarán, una vez más, por convertir esta iniciativa en un nuevo episodio de la vieja política. A lo largo de estas páginas se han apuntado buenas razones, creo, que abonan la plausibilidad de una iniciativa que abre los caminos de una reforma orientada a mejorar el potencial democrático de los partidos. Si hasta ayer esos caminos estaban impracticables, hoy, una vez en ellos, la peor aventura sería, o intentar desandarlos, o tomarlos como un atajo hacia otra parte.

Así termina el largo artículo A VUELTAS CON LAS PRIMARIAS EN EL PSOE. ¿POR QUÉ CAMBIAN LOS PARTIDOS? que mi amigo el Catedrático de Filosofía Política de la Universidad de Cádiz, Ramón Vargas-Machuca Ortega, publicaba en la Revista Claves de Razón Práctica, número o86. (El artículo completo lo puedes leer - no dejes de hacerlo- aquí ). Cuando se opina y debate sobre las elecciones primarias lo estamos haciendo también sobre el modelo de partido que pretendemos y sobre la democracia que necesitamos. No es asunto, pues, baladí.