lunes, 27 de diciembre de 2010

Hacia un nuevo modelo productivo, por JOSÉ LUIS BLANCO ROMERO, Parlamentario socialista por Cádiz

EL Parlamento debatió y aprobó la semana pasada el Presupuesto de la Junta de Andalucía para el próximo año, marcado por el "compromiso social", la "austeridad", las "reformas" estructurales y la apuesta por un "nuevo modelo productivo".

Estamos ante unas cuentas públicas marcadas por la crisis económica y que suponen un gran esfuerzo de austeridad en el gasto corriente, un firme compromiso de abordar reformas estructurales en el ámbito de las administraciones públicas, para avanzar hacia la excelencia en los servicios y las prestaciones, y una decidida apuesta por la implantación progresiva de un nuevo modelo económico, orientado hacia la sostenibilidad y la competitividad de nuestro tejido productivo.

Los ingresos presupuestarios se siguen viendo afectados por la crisis, con una caída importante de la recaudación, lo que se compensa en parte a través de nuevas figuras impositivas de carácter progresista, que afectan entre otros a los depósitos bancarios y a las bolsas de plástico.

Experimentan una caída importante los recursos destinados a inversiones en infraestructuras, que pasan del 5 al 3% del PIB, más de 5.300 millones de euros, todavía por encima de la media de lo que destinan el resto de las comunidades autónomas a este fin. Hemos priorizado la cobertura de las necesidades sociales, especialmente en momentos en los que la crisis multiplica el colectivo de personas con dificultades económicas, aunque ello suponga hacer algunos kilómetros menos de autovía.

En relación con los gastos, suben los destinados a las políticas sociales, al fomento del empleo y la sostenibilidad medioambiental. El presupuesto garantiza la calidad de los servicios y prestaciones públicas, con partidas que suponen el 78% del gasto no financiero, manteniendo un firme compromiso en la aplicación de la Ley de la Dependencia, que nos sitúa a la cabeza de las comunidades autónomas, con un 30% del conjunto de los recursos que se destinan a este fin en España.

En materia de empleo, las cuentas públicas aprobadas prestan una especial atención a los colectivos que encuentran más dificultades para acceder a una ocupación; mayores de cuarenta y cinco años y jóvenes con escasa formación, que abandonaron el colegio para incorporarse al trabajo atraídos por ofertas de empleo vinculadas a la construcción, cuya caída les ha conducido a la falta de expectativas de acceder a otras actividades que exijan una mayor cualificación profesional.

En materia de gasto, los Presupuestos de la Junta se comprometen con el cambio progresivo de nuestro modelo económico, en primer lugar, haciendo mejor lo que ya hacemos bien en los sectores vinculados con la producción y la industrialización agraria y la configuración de una oferta turística de excelencia y, en segundo lugar, continuando la apuesta por la innovación y la investigación en sectores clave tales como las energías limpias, las industrias biomédicas y la sostenibilidad medioambiental.

Frente al discurso del oportunismo, el populismo y la demagogia que ha caracterizado a los portavoces de la derecha andaluza representada por el Partido Popular, obsesionada con lograr el poder a cualquier precio, con el recurso a la propaganda mentirosa financiada con fondos públicos, en lo que algunos como el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Cádiz ha llegado al virtuosismo del despilfarro y la desvergüenza, los presupuestos de la Junta son una herramienta de vital importancia en la batalla contra los tópicos que lastran la imagen de Andalucía y suponen un compromiso con el desarrollo de la investigación y la modernidad, con el pensamiento y la iniciativa creativa, con la solidaridad y la calidad de vida de los andaluces.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Sobre los retos de la próxima década

Progreso global para todos

JESÚS CALDERA / JOHN PODESTA 20/12/2010
A punto de cerrar 2010, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre los retos de la próxima década y la forma en la que los progresistas queremos abordarlos. Por eso, la Fundación IDEAS y el Center for American Progress organizaron recientemente un encuentro internacional en Nueva York al que asistieron líderes de primer nivel como Clinton, Blair, González o Rasmussen. Los reunidos establecieron un diálogo intergeneracional fructífero del que ya pueden extraerse algunas conclusiones.
En primer lugar, compartimos que el origen de la crisis se debe al reciente periodo de políticas conservadoras y neoliberales. Los líderes reunidos fueron protagonistas de las mejores políticas progresistas durante los años noventa. Obtuvieron logros ampliamente reconocidos en términos de crecimiento económico, empleo, equilibrio de las finanzas públicas y cohesión social. El camino para conseguirlo fue la promoción de los mercados inclusivos, de la responsabilidad social de las empresas, la profundización en la calidad democrática y el desarrollo de un Estado generador de nuevas oportunidades y mejores garantías sociales. Como resultado, una mayoría de ciudadanos comenzó a vivir mejor y a mirar de forma más optimista al futuro.
Sin embargo, tras los atentados del 11-S, las fuerzas neoconservadoras encontraron la posibilidad de desarrollar una agenda mucho menos ambiciosa para las aspiraciones de la mayoría y concentrada en el populismo político, el proteccionismo económico y la desconfianza social entre los seres humanos. En términos políticos, se amplió la desregulación financiera, proliferaron los intereses corporativos y se redujo el apoyo a los más débiles, mientras se construía una nueva ilusión financiera. Y en términos anímicos la sensación de riesgo y temor aumentó. Allí se incubó la crisis que hoy vivimos, no solo en su dimensión económica, sino también en su fuerte dimensión social y medioambiental.
En segundo lugar, nuestros debates coincidieron en otra importante conclusión. Hoy vivimos en un contexto mucho más complicado, porque a los problemas descritos se unen transformaciones estructurales asociadas a la catástrofe climática, los movimientos demográficos y los cambios tecnológicos. Además, el tablero de juego para encontrar nuevas soluciones ya no es local sino global. El reto de los progresistas hoy consiste en contrarrestar las políticas conservadoras de recortes dañinos e injustificados con una agenda de reformas innovadora que ofrezca un futuro mejor. Y, mientras aprendemos de las experiencias de nuestros éxitos pasados, no debemos sucumbir al deseo nostálgico de proponer las políticas que tuvieron éxito en un mundo que ya no volverá.
Nuestro encuentro no quedó en la resignación. Ante las dificultades no podemos esconder la cabeza o reducir nuestra acción a la defensa de conquistas pasadas. La salida no está en el proteccionismo, ni en el miedo a las economías emergentes, ni en el desprecio a la diversidad cultural, ni en los recortes hacia los más débiles. Esa es la agenda del inmovilismo conservador, y los progresistas nos caracterizamos por la mirada audaz y responsable hacia adelante. Nuestras respuestas siempre han tenido éxito cuando han ofrecido una visión optimista de un futuro basado en los valores de la libertad, la justicia social, las oportunidades y la convivencia. Esos valores siguen siendo fundamentales y por ello nuestra tarea más urgente es encontrar los nuevos instrumentos que hagan posible su plena realización.
En primer lugar, coincidimos en que la austeridad fiscal es bienvenida siempre que los esfuerzos estén repartidos entre todas las capas sociales, y siempre que generen espacio fiscal para acometer las inversiones económicas y sociales del futuro.
En segundo lugar, esa austeridad no es un fin en sí mismo, sino que debe ir acompañada de reformas en una economía más sostenible y en una nueva sociedad que conceda oportunidades a todos. Las nuevas industrias verdes, la expansión de los sectores dedicados a la cohesión social, y el apoyo a todas las innovaciones tecnológicas son políticas muy rentables económicamente si están diseñadas con un enfoque dinamizador. Es la clave para recuperar el empleo y aumentar la calidad de vida de la clase media.
Y por último, si queremos que los cambios tengan un carácter progresista y mejoren la seguridad de todos, precisaremos una cooperación institucional, una mejor gobernanza global y una mayor solidaridad internacional.
Los progresistas ya se han enfrentado muchas veces en la historia al reto de restaurar la esperanza y las oportunidades y volveremos a hacerlo. En esta ocasión, no lo haremos de forma aislada, sino en asociación con los demás. Porque, aunque aún las decisiones políticas sean locales, todos los problemas y las soluciones son globales. Queremos que esta nueva iniciativa de Progreso Global, que volverá a reunirse en Madrid en la próxima primavera, sea el foro adecuado para articular todas esas respuestas de futuro de forma compartida. Y haciendo honor a la mejor tradición progresista, invitamos a todos a aportar su esfuerzo y sus mejores ideas en este proceso que ahora comienza.

jueves, 16 de diciembre de 2010

El retraso de las jubilaciones, por Vicenç Navarro

El alargamiento, de los 65 a los 67 años, de la edad obligatoria de la jubilación afectaría de una manera muy desigual a distintos sectores de la población, como consecuencia de que España continúa teniendo clases sociales. Un burgués vive dos años más que un pequeño burgués que, a su vez, vive dos años más que una persona de clase media, la cual vive dos años más que una persona trabajadora cualificada, que vive dos años más que una persona trabajadora no cualificada, la cual vive dos años más que un trabajador no cualificado con más de cinco años en paro. La distancia entre la última y la primera es de diez años, mientras que el promedio de la UE-15 es de siete. (La distancia de dos años de longevidad entre las clases sociales es una aproximación, pues tiende a ser ligeramente inferior entre la burguesía, pequeña burguesía
y clases medias, y superior entre estas clases y la clase trabajadora).
A partir de estas cifras puede concluirse que, puesto que la longevidad es tan distinta según la clase social, es profundamente injusto que todos deban obligatoriamente jubilarse al mismo tiempo. En realidad, para muchas personas cuyo trabajo es más intelectual que manual y que es fuente de goce y estímulo tener que jubilarse a los 65 años es un perjuicio que puede dañar su salud. En EEUU, por ejemplo, un catedrático puede trabajar hasta que lo desee, siempre y cuando alcance los niveles de exigencia que la universidad reclama a todos los docentes. La jubilación es un derecho, no una obligación. No así en España, donde es una obligación, llegando al absurdo de que muchos profesionales deben jubilarse en pleno uso de sus facultades y competencias en profesiones y especialidades (como la medicina) donde hay una enorme escasez de profesionales.
Pero este absurdo es incluso más injusto en la persona cuyo trabajo es más manual que intelectual, y para la cual el trabajo no es un instrumento de goce sino un medio a partir del cual obtiene los medios para poder vivir. Y grandes sectores de la clase trabajadora se encuentran en esta situación. Para esta persona, exigirle que trabaje dos años más es una enorme injusticia, y ello debido a que se la homologa con otra que, además de tener un trabajo estimulante muy distinto, le sobrevivirá muchos años. Es profundamente injusto pedirle a un miembro del personal de limpieza de la universidad que trabaje dos años más para pagar mi pensión, ya que probablemente le sobreviviré seis u ocho años más.
Pero a esta injusticia se añade otra, y es que el alargamiento de la esperanza de vida en los últimos 30 años ha sido también muy desigual. La burguesía, pequeña burguesía y clases medias han visto cómo se alargaba su vida mucho más rápidamente que la clase trabajadora. En EEUU, país que tiene un sistema de recolección y análisis de estadísticas sociales y vitales mejor que España, las clases con mayores rentas han incrementado notablemente su esperanza de vida durante los últimos 30 años. Tal incremento ha sido mucho menor, sin embargo, en las rentas inferiores (primordialmente trabajadores no cualificados), que no han visto crecer su esperanza de vida ni siquiera dos años, con lo cual el retraso de dos años de su edad de jubilación significaría incluso una reducción de sus periodos de pensionista en comparación con pensionistas en cohortes anteriores (Dean Baker y David Rosnick, The Impact of Income Distribution on the Length of Retirement, Center for Economic and  Policy Research, octubre de 2010). La relevancia de estos datos para España es enorme, pues mientras que en EEUU la mitad de los trabajadores de 58 años trabaja en ocupaciones físicamente exigentes y/o  en condiciones difíciles (difficult working conditions), este porcentaje es incluso mayor en España, donde el nivel de cualificación en la fuerza laboral es menor que en EEUU. De ahí puede concluirse que su longevidad es menor y ha crecido menos en los últimos 30 años que las clases de renta superiores. Tratar a todos por igual es una gran injusticia.
Otro problema que existe en la propuesta de retraso de la edad de jubilación es que se basa en supuestos erróneos. El argumento que se utiliza constantemente para indicar que el sistema de pensiones público es insostenible es subrayar que, mientras ahora el gasto público en pensiones representa el 9% del PIB, en el año 2050 será del 15%, lo cual consideran que es insostenible. Este argumento lo han utilizado una larga lista de instituciones y firmas de sensibilidad neoliberal. Y lo utilizó hace unos días el nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, en una entrevista en el rotativo de mayor difusión del país, donde repitió el mismo argumento. Es más, este último indicó que, aun cuando la productividad anual aumentara un 2% o un 2,5%, todavía sería insostenible.
Pero esto no es cierto. Si el crecimiento anual de la productividad fuera del 2%, el PIB en 2050 sería 2,20 veces mayor que ahora. Ello quiere decir que si el PIB ahora es 100, en 2050 sería 220. Pues bien, mientras que ahora nueve unidades (el 9% del PIB) van a pensionistas, en 2050 serían 33 (el 15% del PIB), y para los no pensionistas, en 2050 serían 187 (220-33), mucho más que ahora, que son 91. Es decir, como resultado del incremento de la tarta (más del doble), tanto pensionistas como no pensionistas tendrán muchos más recursos, pues estamos hablando de cantidades monetarias con la misma capacidad de compra en 2010 y en 2050. Es más, es probable que el PIB sea incluso mayor, resultado del crecimiento de la población que trabaja (ahora una de las más bajas de la OCDE). Si en lugar del 52% fuera del 72% o del 75%, el PIB sería incluso mucho mayor. La alarma es totalmente infundada. Lo que el Estado debería hacer es mejorar la productividad del país y facilitar la integración de la mujer al mercado de trabajo en lugar de alargar obligatoriamente la edad de jubilación.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra y profesor de Public Policy  en The Johns Hopkins University

sábado, 11 de diciembre de 2010

Reinventar el PSOE

Desde el rincón

Lo que hoy cuentan las encuestas de Metroscopia para El País –el PSOE alcanza el nivel de adhesión ciudadana más bajo en democracia, muy parecido al que obtuvo nuestro hermano PSC hace unos días en unas elecciones-, lo llevo percibiendo en la calle como diputado desde hace meses. Con razón y sin ella, que de todo hay, la gente está dejando de confiar en nosotros para liderar la sociedad. Y que nadie se llame a engaño, no es sólo por el desgaste propio de una crisis económica terrible. Es por algo más.
Cada vez lo tengo más claro, o nos reinventamos como socialdemocracia moderna al servicio de verdad de la mayoría de la gente o corremos el serio riesgo de acabar siendo residuales para la ciudadanía. Algo que, la Historia lo demuestra aquí y allí, es capaz de hacer una democracia con un partido político histórico y hegemónico sin despeinarse.
(Interesante reflexión del Diputado socialista por la provinica de Córdoba, Juan Luis Rascón, en su blog. )

viernes, 10 de diciembre de 2010

Peatonalización y comercio, Por Manuel A. González Fustegueras

AUNQUE "peatones somos todos", hay grupos sociales que temporalmente se encuentran alejados de las demandas de los viandantes como prioridad. Muchos de ellos se preguntan: ¿qué repercusiones tiene para el comercio?, ¿con la peatonalización es posible mantener la competitividad del comercio tradicional frente a las nuevas formas comerciales? Intentemos contestar a estas preguntas.

Plantearse las condiciones que un establecimiento y/o una zona comercial ha de tener para ser atractivas es plantearse el gran tema de la competitivilidad, hoy, de las actividades comerciales. Y dados los hábitos de compra actuales, la capacidad de atracción de una zona comercial es función, en buena medida, de la accesibilidad de la misma. Pero, cabe interrogarse sobre si la accesibilidad, y por derivación la capacidad de atracción, opera de la misma forma para el comercio tradicional y para en las formas comerciales en gran superficie.

Para ello debe diferenciarse entre dos actividades o funciones socio-urbanas distintas: "Ir a comprar" / "Ir de compras". Mientras la primera (ir a comprar) tiene un objetivo claro, y es la única que es de aplicación a las nuevas formas comerciales (normalmente no se va a un hipermercado a "ver"), la segunda (ir de compras) es patrimonio del comercio tradicional. Para la venta de productos especializados o de cierta calidad, que en principio encuentran su ubicación en el comercio tradicional, debe asegurarse la máxima transparencia frente al consumidor. Y la máxima transparencia, al margen de otro tipo de consideraciones (información sobre precios, escaparates y libre entrada...) cabe asegurarla a través de las facilidades dadas al consumidor para el acceso al punto de venta. Es decir: facilidad de acceso externa (a la zona comercial) y movilidad interna en la zona comercial.

La accesibilidad debe plantearse en relación con la funcionalidad urbana, en torno al "ir de compras" o "ir a comprar", en torno a una oferta multisectorial especializada en numerosos puntos de venta o a una oferta multisectorial en una única unidad de venta. En las grandes superficies, donde el éxito y la capacidad de atracción se basan no en una diferenciación de la calidad, sino en unos precios más bajos pero que normalmente operan con un mayor volumen de compra, exige el desplazamiento en automóvil para transportar el producto de la adquisición. Frente a ello, el "ir de compras", como actividad complementaria al pasear, exige una especial protección al peatón. Avanzar en torno a un eje comercial, con ofertas a uno y otro lado, donde las tiendas se abren sobre el espacio urbano.

La calle como un escaparate sin solución de continuidad sólo es posible en unas condiciones ambientales adecuadas de protección. La peatonalización significa un aumento de la capacidad de atracción en las zonas centrales si éstas se destinan a un comercio especializado, a un comercio donde el consumidor -en los términos en los que hemos definido la función- "va de compras", pasea y compra.

Que la capacidad de atracción aumenta, lo demuestran diversos estudios de las experiencias españolas y europeas -ya sean alemanas, austriacas, holandesas, inglesas, etcétera- y también en los Estados Unidos. Estudios que todos ellos han tenido como criterio inicial el que la calle hubiera sido utilizada inicialmente como una vía de tráfico motorizado. En todos estos estudios se constata que la peatonalización ha provocado: un aumento del flujo peatonal que, en grandes ciudades alcanza hasta un 50% de incremento; una renovación comercial de la zona, con tendencia a la especialización; un considerable aumento de ventas en los comercios; la elevación del precio del suelo y de los alquileres; presión para la ubicación en la zona de las grandes cadenas comerciales especializadas; la aparición de una serie de actividades espontáneas y de animación (manifestaciones culturales y políticas, convivencia, comunicación y esparcimiento).

Y, cómo no, una oposición inicial de los comerciantes, a la que paradójicamente sigue por parte de los mismos una petición de ampliación y una política de promoción.

Y es que la peatonalización tiene, como me decía un periodista el otro día, cuatro fases, como los encuentros con seres extraterrestres; a saber: la primera es el avistamiento, que se da cuando todavía no se han metido las máquinas pero ya están los comerciantes con caras zaheridas y mandando imprimir las pegatinas; la segunda fase es la evidencia, y se caracteriza por no saber cómo usar una calle que suena a raro, pero que ya está ahí; la tercera es el contacto, la plena integración de la criatura en su contexto, el goce y disfrute gregario de las nuevas posibilidades; y la última fase es la abducción total, la entrega completa a la peatonalización.

En definitiva, peatonalizar una calle es hacerla más segura para el comprador y por tanto más atractiva, en el doble uso de la palabra. El respeto a los adoquines libres de ruedas y a los centros históricos libres de humos es, además de un modo de revitalizar barrios antiguos devolviéndoles su esencia, una forma para incrementar el turismo y la economía de estas zonas a través tanto de los espacios monumentales libres de vehículos, como del apoyo a los pequeños comercios que, en muchos casos en nuestros centros históricos, a diario abren sus puertas esquivando los turismos, furgonetas y motocicletas que se apropian de sus escaparates, mientras critican la falta de plazas de aparcamiento.

(Publicado en Diario de Cádiz)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Los socialistas votarán en contra del PGOU de Cádiz

El PSOE califica de "cobarde" el PGOU e "inviable" económicamente

Los socialistas votarán en contra del documento y piensan que se deberían haber planteado actuaciones más austeras "debido al momento económico actual"

Melchor Mateo / Cádiz | Actualizado 08.12.2010 - 08:55
 
"Paupérrimo", "cobarde" e "inviable económicamente". Estos son algunos de los calificativos que utilizaron los concejales del Grupo Municipal para referirse al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se aprobará el próximo lunes en un pleno extraordinario. Y todo ello después de que se celebrara la Comisión Informativa de Urbanismo en la que la socialista Natalia Álvarez se quejó de la actitud del presidente de esta mesa, el teniente de alcaldesa de Urbanismo, Ignacio Romaní. La edil socialista asegura que no quiso contestar a ninguna de las preguntas que le hizo sobre las últimas modificaciones que se le ha hecho al documento y que "su único interés era el de votar. Incluso me ha llamado impertinente".

Más allá de las relaciones entre el equipo de Gobierno y el principal grupo de la oposición, Álvarez dijo que se trata de un documento "unilateral" que ha servido al PP "de arma electoral "en sus múltiples campañas". En este sentido, dentro de las críticas que hizo al documento, señaló que "lo que se ha presentado es inconexo, una especie de esfera de negocios privados".

El PSOE cree que el documento es "inviable" desde el punto de vista económico ya que entiende que se ha tardado mucho tiempo en su tramitación, lo que hace que muchas de las operaciones que aparecen recogidas en el documento "sean ahora una especie e entelequia". Cabe recordar que el equipo de Gobierno fijó en 1.183 millones de euros la inversión necesaria para poder acometer este plan.

En las conclusiones se dice que estas actuaciones se financian por un lado por los promotores e inversores privados. Natalia Álvarez se pregunta qué inversores van a llegar a la ciudad "cuando ni siquiera nadie quiere el aparcamiento de plaza de Sevilla". Álvarez acusa al equipo de Gobierno de "falta de responsabilidad" por no haber "regulado actuaciones más austeras y acordes con la situación actual".

Álvarez asegura que es "un plan cobarde que no se ha afrontado con valentía". Entre otras cuestiones cree que no afronta la apertura de la ciudad al puerto, su integración en la Bahía y "no apuesta por la accesibilidad y la movilidad, algo que queda postergado y olvidado".

Con respecto a la vivienda cree que la solución estaba en el parque residencial existente "y se diga lo que se diga se apuesta por la vivienda libre sobre la protegida, ya que ésta aparece como una reserva de suelo, pero a saber cuándo se programará". Afirma que hay "excesiva" oferta comercial y que no se ha puesto ni una sola medida "por la sostenibilidad". Álvarez también opina que la operación de Zona Franca "es un órdago" y cree que está desequilibrada "porque no se consigue mezclar los usos".

La portavoz y candidata socialista, Marta Meléndez, dijo que se iba a votar en contra del PGOU porque "no hay voluntad política de afrontar los grandes temas".

martes, 7 de diciembre de 2010

Por qué Wikileaks es bueno para la democracia

"La información es la moneda de la democracia"

Thomas Jefferson


Desde el 11-S, el gobierno estadounidense, ya fuese con el presidente Bush o con Obama, ha dicho una y otra vez al público estadounidense que sus "secretos de estado" no deben ser compartidos con los ciudadanos. El candidato Obama prometió reducir los secretos de estado, pero el presidente Obama continuó con la tradición de Bush. Los tribunales, el congreso y los aliados internacionales de EE.UU. se han plegado a la escalada secretista del ejecutivo estadounidense.

Etiquetando decenas de millones como documentos secretos, el gobierno estadounidense ha creado un enorme vacío informativo. Pero la información es el alma de la democracia. La información sobre los gobiernos contribuye a una democracia salubre. La transparencia y la rendición de cuentas de los cargos públicos son dos elementos esenciales de un buen gobierno. Igualmente, "una falta de transparencia gubernamental y de rendición de cuentas socava la democracia y da alas al cinismo y a la desconfianza", según declara el informe Harris de 2008 encargado por la Association of Government Accountants.

En ese vacío informativo se adentró el soldado raso Bradley Manning, quien, según Associated Press, fue capaz de derrotar "los sistemas de seguridad del Pentágono no usando más que un CD de Lady Gaga y un lápiz de memoria". Manning presuntamente envió la información a Wikileaks, una organización sin ánimo de lucro especializada en la publicación de información filtrada. Wikileaks, a su vez, compartió estos documentos con otros medios de comunicación de todo el mundo, incluyendo el New York Times, y publicó la mayor parte en su página web.

A pesar de las investigaciones criminales puestas en marcha por los Estados Unidos y otros gobiernos, no es claro que organizaciones como Wikileaks puedan ser perseguidas en los Estados Unidos si nos atenemos a la Primera Enmienda. Recuérdese que según ésta, el "Congreso no hará ley alguna con respecto a la adopción de una religión o prohibiendo el libre ejercicio de dichas actividades; o que coarte la libertad de expresión o de la prensa, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente, y para solicitar al gobierno la reparación de agravios."

Algunos políticos, rojos de furia, denuncian que esta filtración equivale a terrorismo y que pone en riesgo la vida de personas inocentes. Muchos de estos mismos políticos no obstante autorizaron el equivalente del bombardeo de saturación de Bagdad y de otras ciudades iraquíes, el sacrificio de miles de vidas de soldados y civiles así como los ataques de aviones no tripulados en áreas civiles de Afganistán, Pakistán y Yemen. Su rabia hacia un documento descargado, del que desconocemos aún su verdadero alcance, es como poco sospechosa.

Todo el mundo, incluyendo a Wikileaks y los medios de comunicación que están dando a conocer los documentos filtrados, espera que ninguna vida se pierda por la publicación. Y hasta donde sabemos, ése parece ser justamente el caso: los periódicos del grupo McClatchey informaron el 28 de noviembre que oficiales estadounidenses habían reconocido que hasta la fecha no tenían ninguna prueba de que "la [anterior] publicación de documentos condujese a la muerte de alguien."

Los Estados Unidos han estado marchando en la dirección equivocada durante años, clasificando millones de documentos como secretos. Wikileaks y el resto de medios de comunicación que informan de estos llamados secretos avergonzarán a mucha gente, sí. Wikileaks y el resto de medios de comunicación harán que muchos líderes se sientan incómodos, sí. Pero la vergüenza y la incomodidad son un pequeño precio a pagar si queremos una democracia más saludable.

Wikileaks tiene el potencial para robustecer la transparencia y la rendición de cuentas en los EE.UU. Y eso es bueno para la democracia.

Bill Quigley es el director de Centro para los Derechos Constitucionales y profesor de derecho en la Universidad de Loyola de Nueva Orleans.

(Tomado de Rebelión )

sábado, 4 de diciembre de 2010

Carta abierta a los miembros del Comité Federal del PSOE

Sabido es que entre ustedes, a juzgar por las resoluciones que aprueban, pocos quedan ya de los que en el pasado forjaron su ideología en condiciones difíciles. Suele ocurrir, aunque no en todos los casos, que una militancia curtida en situaciones de miedo educa no solo la voluntad de resistir, sino que también proporciona una coherencia interna y el rechazo de las actitudes oportunistas. Sólo quedan ahí los que acompasaron ideología, inquietudes y militancia al ritmo que marca la necesidad de sobrevivir.

Sin embargo, la tónica general del pasado de ese lugar en el que ustedes se sientan fue diferente. Había tantos modos de entender la izquierda y el socialismo que las circunstancias eran bien distintas; Los miembros en el Comité Federal se seleccionaban de otro modo, la elección provincial para ese órgano al igual que la de los delegados a los congresos por parte de las agrupaciones confería más autenticidad e independencia. Con el cambio surgido en los ochenta y la continua centralización del poder la designación para listas, ejecutivas y órganos de control estructuraron los cargos de modo piramidal. La democracia tiene eso, se ha vuelto tan genérica que hasta el dictador norcoreano puede decir que no ha designado como sucesor a su hijo, que lo ha hecho el Comité Central del Partido Comunista y por ende, el conjunto del pueblo de Corea del Norte. Recordemos que aquí, funcionó durante mucho tiempo algo muy típico que se llamaba democracia orgánica. En realidad en el PSOE, no se elige de abajo arriba, sino todo lo contrario, son los del escalón de arriba los que seleccionan a los del escalón inferior. La excusa siempre es la misma: Se necesitan equipos de confianza.

Quizás no sean ustedes tan culpables de la situación, porque al fin y al cabo son clones de aquel que los eligió para tan alta función. Son el efecto de una misma mente, de una misma voluntad expresada a través de multitud de cuerpos y manos que se alzan al unísono cada vez que el líder precisa ratificar, por cualquier causa, su opinión.

Solo de ese modo cabe una explicación sobre las circunstancias acaecidas durante los tres últimos años. Les he visto aplaudir de modo entusiasta las medidas sociales. He leído resoluciones sobre cerrar filas en defensa de la mujer, de los irakíes, de los homosexuales, de los pobres de solemnidad en un reciente pasado. Les he visto transitar sin pudor desde el “no pasaran” dirigido por Zapatero a los mercados, al capital y a los especuladores hasta aprobar de forma convincente lo contrario pocas semanas después. Les he visto argumentar una cosa y la contraria sin solución de continuidad, según se marcaban los rumbos desde La Moncloa. Ustedes se equivocan al mismo compás que lo hace el secretario general de su partido y lo curioso es que saben de sobra que se están equivocando pero es indudable que seguir al líder pesa más, tiene más interés que la justicia de lo que aprueban.

No hay otro modo de concebir el juego político que garantiza la democracia si no es mediante la existencia de partidos políticos. Los intentos de democracia y libertad al margen de los partidos políticos han acabado en sueños imposibles de realizar, o en dictaduras. Decir democracia equivale a, entre otras cosas, decir libertad de expresión, reunión, prensa y participación de la ciudadanía mediante el voto. Tenemos un problema. Desconozco la intensidad de este problema en otros países occidentales, sé que también lo tienen, algo he leído al respecto, pero dudo de que por ahí fuera la situación adquiera los caracteres gravísismos que hay en España.

Ha sido lugar común el comentario de que la discrepancia interna - no hablamos de disidencia, que es otra cosa - era castigada por el electorado. El futuro de los partidos, que es tanto como decir el futuro de la política democrática, no está en manos de una uniformidad a la búlgara sino en todo lo contrario.

La coincidencia plena, el cierre de filas, la voz que habla en nombre de todos - incluso han existido casos curiosos de que un no-cargo (De la Vega) o una no-militante (Salgado) que se han pronunciado en nombre del partido - han conseguido que las decisiones del uno fueran las decisiones de todos. Lo negativo no pertenece a quien lo propuso sino también, a los que ciegamente respaldan. No hay la menor concesión a la esperanza, a la de aquellos que pueden no creer en las personas, pero si en las ideas. De los que son escépticos con los dirigen pero no con el instrumento. Las consecuencias son fatales, lo que ustedes no aprecian si lo hace una ciudadanía que asiste estupefacta a esas unanimidades, digámoslo, antinatura.

Ese proceder es el culpable de que hoy día los políticos sean considerados como el tercer problema de este país. No he hablado de los otros, pero este mal es común a muchos de los partidos que operan en la política española.

Quizás ustedes no sean muy conscientes de que si en el PSOE hubiese una mínima contestación interna, una puesta en cuestión de lo que el líder y su ejecutiva no nombrada decide, las cosas serían bien diferentes. Sería la semilla del futuro, la posibilidad para muchos de los que piensan que se pueden hacer cosas diferentes y de que las ideas están por encima de las personas.

¿Se puede pedir algo menos que la coherencia con las ideas? Avalan la peor política que pueda realizarse. En nombre del socialismo van a dejar, sin pestañear siquiera, que 800.000 ciudadanos dejen de recibir una ayuda de hambre, la ayuda de los 426 euros.

Si permiten eso, merecerán pasar al pozo negro de la historia. Serán la vergüenza de todos aquellos que sufrieron cárcel y murieron por las mismas ideas que ahora dicen que defienden. Solo les queda una salida, ustedes ya saben cual es, si lo hacen aún será posible, los ciudadanos así lo ratifican en las encuestas, el salvar algo los trastos, también, sus propios trastos. 

(Esta carta aparece en el blog MORAL Y POLÍTICA)

jueves, 2 de diciembre de 2010

La factura de la vrgüenza, por JULIO MALO DE MOLINA

Algunas administraciones han decidido trasladar a los ciudadanos una relación de los gastos que el mantenimiento de su estado de salud cuesta presuntamente a la sociedad, ateniéndose sin duda a cálculos de dudoso rigor y olvidando que la salud no es una mercancía sino un derecho que el Estado queda obligado a garantizar. La papela en cuestión resulta: inexacta, porque los servicios públicos no pueden tasarse según leyes de mercado; injusta, porque incumple el imperativo constitucional de protección al débil; y vejatoria, porque humilla al que no hace sino acogerse legítimamente al amparo que el Estado le debe. Forma parte de este festín neoliberal a modo de huida hacia delante por parte de un sistema sumido en una anunciada y profunda crisis.
Recordemos semejanzas históricas entre el siglo XVI, cuando la Corona española detentaba el poder político mientras que en España la gente vivía mal, y la actual sociedad norteamericana en la cual la mayor parte de la población no disfruta de conquistas sociales consolidadas en Europa como el derecho a la salud, al desempleo y a una vejez digna. Aún llamamos estado de bienestar al modelo que garantiza los derechos básicos de sus ciudadanos. Resulta paradójico que la banca y las compañías aseguradoras utilicen la crisis que precisamente ellos han generado para combatir ese escenario. Y lo consiguen: el Estado aplica los recursos públicos para garantizar estabilidad a los poderes financieros a costa de recortes en los derechos sociales. Poca gente sabe que el estado de bienestar tuvo su origen en la Dinamarca del XVII cuando la corte ilustrada del rey Federico III decidió que el ejército no sólo se aplicara al oficio de la guerra sino también a la asistencia social de: ancianos, enfermos, niños y desamparados; utilizando castillos y cuarteles como hospitales, albergues, asilos y escuelas. Si bien son los partidos socialdemócratas agrupados en la Segunda Internacional quienes tras la Guerra Mundial extienden el moderno estado de bienestar por la Europa Occidental como alternativa al socialismo de estado que se impuso en la Europa Oriental.

La vergonzante y tendenciosa «factura» de la salud aparece como una reveladora regresión en la cultura de la solidaridad que venía caracterizando las estructuras sociales de Europa frente al pensamiento único que desde Wall Street se extiende por el planeta a modo de espesa mancha de petróleo y sangre. ¿Por qué en lugar de vejar a los ciudadanos con la infamante relación de sus presuntos gastos sanitarios no se publican los desmesurados beneficios que el Estado garantiza a los banqueros mediante la aportación de recursos públicos?