En unos días llegará el Papa Benedicto XVI a España; el seis de noviembre estará en Santiago y el siete en Barcelona. Es una visita que tiene movilizados a algunos sectores sociales, unos a favor y otros en contra. Hay quien ya anuncia un "pack" de dos DVD con la Visita del Papa a España, 2010 por 19,95 euros, o sea, 20 euros, para entendernos. Los dos DVD recogen, según reza el anuncio toda la visita realizada el 6 y 7 de Noviembre de 2010 a Santiago de Compostela y Barcelona; por su Santidad; con detalles exclusivos de los actos y la totalidad de las ceremonias y actividades celebradas en ambas ciudades. Otros sectores están movilizándos en contra. Por ejemplo hay una página en Facebook titulada Visita del Papa a España: No con nuestros impuestos si bien la que tiene éxito es otra titulada No a la visita del Papa a España. No con mis impuestos referida a la tercera visita de SS, anunciada para agosto de 2011 y que cuenta ya con más de 76.000 seguidores en la red. De momento, esta vez en una semana lo tendremos aquí.
Viene como Sumo Pontífice de los católicos españoles, que son la mayoría de los creyentes en nuestro país, aunque luego una mayoría de esa mayoría precise que es creyente pero no practicante. Tengo para mí que este fenómeno de una mayoría de católicos no practicantes es una prueba indirecta del machismo residual de la sociedad española. Muchos católicos viejos españoles creen que ir a la iglesia es cosa de mujeres. Es verdad que si uno visita los templos los festivos verá que los fieles son casi todas fielas. En todo caso esa mayoría se apresta a recibir por segunda vez a su pastor, pues la visita es pastoral.
Pero el papa tiene también condición de Jefe de Estado y por lo tanto la visita es también de Estado, razón por la cual Zapatero irá a despedirlo a Barcelona. Esta doble naturaleza del Papa, como pontífice y jefe de Estado está muy a tono con una religión que adora a un dios, Cristo, también dotado de dos naturalezas aunque, como el Papa, sólo una persona, según el credo de Nicea. No viene aquí al caso pero es cierto que las dos naturalezas de Cristo trascienden las del Papa aunque por motivos distintos: por lo más (no es lo mismo ser Dios que ser su representante en la tierra) y por lo menos (pues tampoco es lo mismo ser un hombre que ser jefe de Estado).
Esa doble naturaleza papal tiene un efecto perverso en los países que lo acogen porque se trata de un Jefe de Estado que se inmiscuye en la política del Estado que visita en función de los criterios doctrinales defendidos por él mismo como pontífice.
En una visita ad limina ayer de unos obispos brasileños, el Papa ha formulado un prontuario de la acción política de la Iglesia con carácter general y que deja en claro el espíritu con el que viene a España y lo que quedará recogido en los DVD citados. SS recuerda que los católicos deben servirse del voto y decide asimismo que la iglesia, sus pastores, están obligados a pronunciarse sobre asuntos morales y políticos cuando, "así lo exijan los derechos fundamentales de las personas o la salvación de las almas". Doble necesidad de nuevo, en función de la doble naturaleza: la humana (derechos fundamentales) y la divina (salvación de las almas).
Dado que la salvación de las almas es terreno proceloso en el que todos los gatos son pardos, resta por averiguar qué entiende SS por derechos fundamentales y aquí la respuesta es estremecedora no por los derechos en sí sino por su titularidad subjetiva pues Benedicto XVI reconoce al sujeto de tales derechos en el nasciturus desde el momento de la concepción hasta el de la muerte natural. El Papa no da puntada sin hilo celestial porque esto quiere decir en román paladino que de aborto nada y de eutanasia, menos. Es más, los cristianos tienen un deber de acción, incluso en contra de la mentalidad de este mundo cuando se traiciona la esencia del ideal democrático, cosa que sucede cuando los proyectos políticos "proponen abierta o veladamente descriminalizar el aborto o la eutanasia". Como sea que, por mandato canónico de la finalidad reproductiva del matrimonio y las relaciones sexuales, cualesquiera mecanismos contraceptivos están condenados, no es difícil ver que el Sumo Pontífice está atrincherado tras las convicciones más cerriles e inhumanas de su obtuso credo, aunque con alguna gazmoñería filosófica sobre las relaciones entre la razón y la fe.
De paso también viene el Papa a decir a los españoles a quién deben votar. Se desprende de la astucia sibilina típicamente vaticana de la declaración papal: primero se dice que hay que votar y a continuación se aclara a quién no hay que votar, con lo cual la injerencia está hecha aunque no lo parezca: en España hay que votar al PP porque es el que se opone a la despenalización del aborto y la eutanasia.
Dice el embajador español en la Santa Sede, Francisco Vázquez, un católico practicante y hasta algo beato, que las relaciones entre España y el Vaticano están a partir un piñón y se muestra muy agradecido a la labor de Fernández de la Vega, que ha sido el principal baluarte de la iglesia católica en el gobierno mismo de Zapatero. Cuántas no habrán sido las concesiones de De la Vega a las pretensiones clericales que hasta monseñor Rouco Varela se hace lenguas de ella.
No sé cómo estarán las relaciones pero el Papa viene a España, Estado no confesional en teoría, a decir que Dios debe estar en el espacio público. Excusado decir los cruficijos. Añade por último Su extremosa Santidad que es partidaria de la educación religiosa y de la enseñanza religiosa y plural de la religión en las escuelas públicas. Lo de religiosa y plural es una muestra de la retorcida sofística de Benedicto XVI, capaz de formular lo que cabe llamar una síntesis antitética. Religión, especialmente el catolicismo y pluralismo son términos antagonistas. Es decir, no sé cómo estarán esas relaciones, pero Benedicto XVI viene en son de guerra dialéctica.
(La imagen es una foto de Catholic Church (England and Wales), bajo licencia de Creative Commons).
Hola. Excelente artículo, uno de los pocos que he visto en la "Blogosfera progresista" que está bien redactado, sutil, mordaz e irónico. Yo no soy católico, ni de derechas ni de izquierdas, me pueden catalogar entre los anarquistas, aunque tampoco lo soy, pero claro, estar en una dimensión desconocida no lo entiende casi nadie. La visita del Papa me parece una tontería como la copa de un pino y que ZP vaya a despedirlo, una más del esdrujulador.
ResponderEliminarSaludos.