martes, 26 de octubre de 2010

Debate sobre la estructura del Estado de las autonomías. Respuesta del profesor Ramón Vargas Machuca

1. ¿Le parece eficaz y sostenible la estructura del Estado de las autonomías? 2. ¿Ha multiplicado la burocracia y potenciado el centrifuguismo? 3. ¿Dónde recortaría gastos? 4. ¿Devolvería poderes a la Administración central?

AURELIO ARTETA, Catedrático de Filosofía Moral y Política

1. La primera pregunta debería ser: ¿le parece legítimo el Estado de las autonomías? Me parece legítimo, democráticamente justificado, mientras sea una vía de descentralización y un paso hacia un Estado federal. Me parece ilegítimo en la medida en que fomenta los privilegios fiscales (la desigualdad entre los ciudadanos), la búsqueda de la diferencia por la diferencia, los localismos más ridículos y los nacionalismos más insolidarios. Y, tras todo eso, me parece ineficaz y costoso.
2. Parece evidente, como saben los políticos y las élites locales, pero les favorece. También lo saben los empresarios, los médicos, los profesores y casi todos porque nos perjudica, pero aún no se nos oye protestar lo bastante. El Reino de España se ha vuelto un conjunto desordenado de Reinos de Taifas.
3. En todo lo que duplicase servicios que funcionarían mejor y de manera más barata si volvieran a centralizarse. En el alborotado grado de endeudamiento de estos mini-estados. Los expertos ya lo han explicado y, entre los partidos, UPyD lo viene reclamando de tiempo atrás.
4. Naturalmente, y primero por razones simplemente políticas. Un Estado no puede actuar como tal, ni con la misma fortaleza, si ha repartido la mayor parte de sus competencias y recursos entre sus regiones. Y también por razones estrictamente democráticas: para respetar la igual libertad de los españoles. Nuestros iguales derechos en educación, sanidad y otros fundamentales no permiten ser desigualmente gestionados con criterios normativos diferentes.

RAMÓN VARGAS MACHUCA, Catedrático de historia política
1. Su diseño institucional es borroso en origen. Pero la asimetría y la bilateralidad buscada desde el comienzo por los nacionalismos históricos y quienes lo han emulado en una estrategia suicida merman la eficacia y capacidad de coordinación del gobierno del Estado, difuminan la atribución de responsabilidad y debilitan el principio de igualdad de influencia política. Esa espiral de reivindicaciones, esa disposición permanente a tejer y destejer la estructura del Estado, disminuyen el rendimiento de la acción política.
2. Es un hecho que la burocracia ha aumentado. Pero su aumento no es el problema sino que sea redundante para un mismo servicio o que sirvan a intereses espúreos.
3. Allí donde el poder autonómico reproduce sin necesidad objetiva la estructura del Estado por puro mimetismo. Hay puestos que sólo se justifican por intereses clientelares y propagandísticos. En este campo la glotonería y obesidad consecuente no distingue colores políticos.

4. Para poder contestar a esta cuestión tendríamos que tener los resultados de algo que no se ha hecho o no se ha hecho público: una evaluación de los resultados del funcionamiento del Estado de las autonomías. Propongo que dicho reparto sea una variable dependiente de una economía de escala de la gobernabilidad, de tal suerte que la eficacia en el desempeño de la función de gobierno aconseje en cada caso si hay que descentralizar o centralizar. Es un prejuicio identificar descentralización con progreso y más democracia.

FRANCISCO MARCOS, Profesor de Derecho
1. La descentralización ha sido relativamente eficaz en desplazar a las Comunidades Autónomas competencias y poderes que antes ejercía el Estado central o que antes no existían. Quizás la configuración inicial del Estado autonómico ha conducido a algunos excesos. Se han creado Comunidades Autónomas cuando no existía una verdadera necesidad y no había una masa de población suficiente que las justificara y las progresivas transferencias de competencias a las autonomías han exacerbado cualquier defecto del sistema. En algunas competencias es discutible que la descentralización fuera necesaria y mucho más que fuera eficiente.
2. La creación del Estado autonómico ha creado una burocracia autonómica que ha nacido y crecido en los últimos treinta años. Con carácter general no parece haber existido una planificación rigurosa del proceso de transferencias, sino un crecimiento desenfrenado del Leviatán autonómico.
3. Deberían analizarse las competencias y poderes de las respectivas Comunidades Autónomas, y los niveles de gastos asumidos en relación con los recursos de cada Comunidad. Es un despilfarro que haya setenta universidades públicas.
4. La crisis económica ha puesto en solfa nuestro sistema autonómico, y aunque la responsabilidad de los principales partidos de nuestro país (el PSOE y el PP) exigiría un replanteamiento del diseño, objetivos y límites del Estado autonómico, la realidad es muy distinta como demuestran los recientes acuerdos de cesión de transferencias.

(De ABC)

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