"puso por encima de su poder el de los bancos y el mundo financiero"
Tan inesperada como sorprendente ha resultado la comparencia del presidente del gobierno ayer a última hora de la noche. Inesperada, porque ni estaba anunciada, ni se la esperaba, ni ningún medio informativo lo sabía; y sorprendente, dada la claridad y valentía con que nos habló, algo a lo que no nos tenía acostumbrados.
También inusual, todas las cadenas de radio y televisión conectaron en directo, por lo que el promedio de audiencia alcanzó un récord el 89’3%, con el momento de mayor seguimiento cuando José Luis Rodríguez Zapatero afirmó: “Ciudadanas y ciudadanos, yo soy el presidente del gobierno, pero yo no mando”. Las encuestas posteriores valoran esta frase como la esperada muestra de valentía, honradez y decisión que deseaban ver los ciudadanos en su presidente. El razonamiento fue irrefutable. Como nos dijo con claridad ZP, en el mundo de hoy un presidente de gobierno tiene algo de poder, pero sólo algo, y ese algo no es mucho. Coincido con el desgrane que nos ofreció, poniendo por encima de su poder el de los bancos y el mundo financiero, los medios de comunicación, las agencias de valoración económica, la Unión europea y los poderes ocultos que manejan tantos y tantos hilos del entramado mundial.
El hecho de que se disculpara por no haber reformado la economía en tiempo de vacas gordas, también fue muy bien aceptado por la audiencia, que considera -según las encuestas- la sinceridad como un valor muy positivo, especialmente, cuando se hace gala de él para reconocer los errores.
Se comprometió a convocar partidos, sindicatos y patronales tras los ajustes económicos, que, afirmó, ahora resultan imperativos y ante los cuales nada puede maniobrar. El objetivo de la cumbre será convencerles de que un presidente del gobierno ha de gobernar pensando mucho en quienes le han votado, pero, aún más, en las generaciones futuras, y que gobernar teniendo en cuenta el futuro resulta imposible si los partidos de la oposición sólo actúan mirando el corto plazo. A partir de tal convicción propondrá una reforma del Estado de bienestar acorde con los momentos económicos duros que vendrán, pero primando los derechos sociales, especialmente los que pueden generar más riqueza, por ejemplo, la continuidad en el trabajo de las mujeres con hijos; y los que frenen la pobreza, como elevar el Salario y la Renta Mínima a 900€; o medidas que aumenten la productividad, entre las cuales, el apoyo decidido a las empresas que funcionan bien y exportan; propuestas éstas, y otras, que pueden financiarse sin endeudamiento.
Más sorprendente han sido las reacciones de los partidos de la oposición, lo que ha hecho pensar a algunos analistas políticos que el discurso quizá fue pactado secretamente con éstos.
El líder del PP se ha felicitado de la firmeza y claridad presidencial y ha afirmado que la oposición dejará de ser cortoplacista y se corresponsabilizará en definir un horizonte estratégico para España: ”Los gobernantes no podemos actuar cual temporeros de la política”, ha apostillado Mariano Rajoy. Por su parte Artur Más, líder de CiU, se ha comprometido a borrar la sonrisa de gran inquisidor de la que hace gala en el cartel publicitario, para arremangarse y ponerse a trabajar con la seriedad que requiere la situación: “En un momento difícil como éste, no soy más que un soldado al servicio de España”, ha firmado solemnemente y ante la perplejidad de todos. En la misma línea han reaccionado, los líderes de los otros partidos parlamentarios, sindicatos y patronales.
Especial referencia merecen los sindicatos, pues acaban de anunciar que han decidido desconvocar la huelga general anunciada como consecuencia del acuerdo europeo que se ha fraguado en el Congreso de la CFDT francesa, que comenzó el pasado día 8, y en el que las delegaciones de todos los sindicatos de Europa asistentes aprovecharon, discretamente, para trazar una estrategia conjunta con propuestas concretas ante la crisis actual y por las que batallarán todos ellos en el marco europeo, unidos mediante la Confederación Europea de Sindicatos, en vez de país a país.
Y es que: “Todas estas cosas / había una vez / cuando yo soñaba / un mundo al revés (bis)”; verdad, José Agustín y Paco; verdad, todos.
Tan inesperada como sorprendente ha resultado la comparencia del presidente del gobierno ayer a última hora de la noche. Inesperada, porque ni estaba anunciada, ni se la esperaba, ni ningún medio informativo lo sabía; y sorprendente, dada la claridad y valentía con que nos habló, algo a lo que no nos tenía acostumbrados.
También inusual, todas las cadenas de radio y televisión conectaron en directo, por lo que el promedio de audiencia alcanzó un récord el 89’3%, con el momento de mayor seguimiento cuando José Luis Rodríguez Zapatero afirmó: “Ciudadanas y ciudadanos, yo soy el presidente del gobierno, pero yo no mando”. Las encuestas posteriores valoran esta frase como la esperada muestra de valentía, honradez y decisión que deseaban ver los ciudadanos en su presidente. El razonamiento fue irrefutable. Como nos dijo con claridad ZP, en el mundo de hoy un presidente de gobierno tiene algo de poder, pero sólo algo, y ese algo no es mucho. Coincido con el desgrane que nos ofreció, poniendo por encima de su poder el de los bancos y el mundo financiero, los medios de comunicación, las agencias de valoración económica, la Unión europea y los poderes ocultos que manejan tantos y tantos hilos del entramado mundial.
El hecho de que se disculpara por no haber reformado la economía en tiempo de vacas gordas, también fue muy bien aceptado por la audiencia, que considera -según las encuestas- la sinceridad como un valor muy positivo, especialmente, cuando se hace gala de él para reconocer los errores.
Se comprometió a convocar partidos, sindicatos y patronales tras los ajustes económicos, que, afirmó, ahora resultan imperativos y ante los cuales nada puede maniobrar. El objetivo de la cumbre será convencerles de que un presidente del gobierno ha de gobernar pensando mucho en quienes le han votado, pero, aún más, en las generaciones futuras, y que gobernar teniendo en cuenta el futuro resulta imposible si los partidos de la oposición sólo actúan mirando el corto plazo. A partir de tal convicción propondrá una reforma del Estado de bienestar acorde con los momentos económicos duros que vendrán, pero primando los derechos sociales, especialmente los que pueden generar más riqueza, por ejemplo, la continuidad en el trabajo de las mujeres con hijos; y los que frenen la pobreza, como elevar el Salario y la Renta Mínima a 900€; o medidas que aumenten la productividad, entre las cuales, el apoyo decidido a las empresas que funcionan bien y exportan; propuestas éstas, y otras, que pueden financiarse sin endeudamiento.
Más sorprendente han sido las reacciones de los partidos de la oposición, lo que ha hecho pensar a algunos analistas políticos que el discurso quizá fue pactado secretamente con éstos.
El líder del PP se ha felicitado de la firmeza y claridad presidencial y ha afirmado que la oposición dejará de ser cortoplacista y se corresponsabilizará en definir un horizonte estratégico para España: ”Los gobernantes no podemos actuar cual temporeros de la política”, ha apostillado Mariano Rajoy. Por su parte Artur Más, líder de CiU, se ha comprometido a borrar la sonrisa de gran inquisidor de la que hace gala en el cartel publicitario, para arremangarse y ponerse a trabajar con la seriedad que requiere la situación: “En un momento difícil como éste, no soy más que un soldado al servicio de España”, ha firmado solemnemente y ante la perplejidad de todos. En la misma línea han reaccionado, los líderes de los otros partidos parlamentarios, sindicatos y patronales.
Especial referencia merecen los sindicatos, pues acaban de anunciar que han decidido desconvocar la huelga general anunciada como consecuencia del acuerdo europeo que se ha fraguado en el Congreso de la CFDT francesa, que comenzó el pasado día 8, y en el que las delegaciones de todos los sindicatos de Europa asistentes aprovecharon, discretamente, para trazar una estrategia conjunta con propuestas concretas ante la crisis actual y por las que batallarán todos ellos en el marco europeo, unidos mediante la Confederación Europea de Sindicatos, en vez de país a país.
Y es que: “Todas estas cosas / había una vez / cuando yo soñaba / un mundo al revés (bis)”; verdad, José Agustín y Paco; verdad, todos.
Es un comentario de Carles Novales. Director de LA FACTORIA. Revista social
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