domingo, 27 de junio de 2010

Bajar impuestos no es de izquierdas

El filósofo Philip Pettit, defensor del republicanismo cívico, justifica las medidas de recorte social aprobadas por el Gobierno socialista porque “Zapatero no tenía otra alternativa ante la crisis económica”. Un argumento al que también recurrió el propio presidente esta semana en el Congreso, cuando aportó datos sobre el daño que causa a la economía española el pago de los intereses de una deuda desbocada.

Puede que, con la crisis en su esplendor y en medio de fuertes ataques especulativos de los mercados contra España, Zapatero no tuviera otra salida. Pero el problema es previo. El gran error fue permitir el deterioro fiscal de las arcas públicas. Un deterioro que no se ha producido por el Plan E, como repite con una demagogia simplista el PP, sino por causas objetivas como la crisis del ladrillo y por decisiones políticas como eliminar el Impuesto sobre el Patrimonio o ayudar con un cheque-bebé a todos los padres por igual con independencia de su nivel de ingresos. La madre de todos los fallos fue aceptar esa idea de que bajar impuestos es de izquierdas.

Lo que es de izquierdas es lograr que paguen más los que más tienen, luchar con todos los medios posibles contra el fraude fiscal y hacer pedagogía de los impuestos como la gran herramienta para reducir las desigualdades sociales. Urge fortalecer los ingresos fiscales del Estado, una medida que apoyan la mayoría de los ciudadanos, siempre que a cambio de mayores impuestos reciban mejores servicios. Es decir, siempre que sirvan para preservar el Estado del Bienestar.


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