El listado de la vergüenza
Las administraciones públicas acumulan en la ciudad más de una treintena de proyectos pendientes La inversión posible supera los 900 millones de euros
JOSÉ A. HIDALGO | Publicado en Diario de Cádiz. ACTUALIZADO 23.06.2013 - 07:43
Hace cinco años Diario de Cádiz publicaba un informe sobre los proyectos que, impulsados en la ciudad por las distintas administraciones públicas, se encontraban paralizados o, simplemente, no se habían puesto en marcha. Aunque una mínima parte sí se han logrado terminar, a este listado se le han ido añadiendo varias operaciones más hasta el punto que en el reducido término municipal de Cádiz hay al menos una treintena de proyectos públicos, algunos de gran calado, que siguen pendientes de ser realidad. Hoy Ayuntamiento y Junta buscan acuerdos para quebrar esta vergonzosa situación, pero sin cerrar por el momento una planificación de las obras que resulte creíble en tiempos de crisis.
La mayor parte de estos proyectos acumulan años de espera, e incluso décadas como pasa con el Olivillo, la Ciudad del Mar o el solar de la futura subdelegación del Gobierno. Hay casos que se salvan de estar en esta lista porque, aunque lentamente, las administraciones competentes ya están trabajando en ellos o se están diseñando los proyectos previos para actuar en los mismos. En este grupo están, entre otros, el castillo de San Sebastián, los baluartes y bóvedas del frente de la Puerta de Tierra, el Palacio de Recaño (sede del antiguo conservatorio de música) o los Depósitos de Tabaco. En todo caso, cabe esperar un largo de tiempo, que se podrá cuantificar en años, para que estos equipamientos abran en su totalidad al público, pues algunos se pueden visitar en parte, debido a las elevadas inversiones que implican su desarrollo.
En 2008, cuando publicamos la primera lista de 'pendientes' en la ciudad la crisis económica comenzaba a enseñar sus primeros dientes. Desde entonces, el grifo inversor se ha cerrado en su totalidad afectando de lleno a todos los proyectos que estaban en dique seco y que ahora no tienen perspectivas de ejecutarse a corto o medio plazo, como pasa con el Hospital Regional de Cádiz y la Ciudad de la Justicia, ambos responsabilidad de la Junta de Andalucía y que suponen una inversión astronómica, hoy totalmente inviable. El recorte en las inversiones ha afectado también a operaciones, especialmente relacionadas con la vivienda, como las que se ejecutan también por la Junta en Santa María y San Juan que, no obstante, hemos salvado de la quema por cuanto parece que están cerca su conclusión o inicio de las obras (en el caso del callejón Osorio).
Un caso peculiar es la Catedral de Cádiz. Aunque propiedad de la Iglesia son las administraciones públicas, en esta última fase el Estado, las que están pagando su restauración. Pero hace ya tiempo que no llega ni un céntimo, lo que no ayuda al mantenimiento de un conjunto con numerosos achaques.
Hay casos de equipamientos que están terminados desde hace meses, e incluso años, pero que aún no se han estrenado. Todos han supuesto inversiones públicas millonarias cuyo abandono toca de lleno al bolsillo de los contribuyentes pues en su momento habrá que realizar nuevas inversiones para tapar los daños provocados por el cierre obligado.
Los más evidentes, por su ubicación, por la inversión realizada, por su centralidad dentro de la vida de la ciudad y por la importancia que deberían de tener si estuviesen en uso, son dos edificios que forman parte del complejo ferroviario: la vieja estación de 1905 y el edificio del vestíbulo. El segundo lleva más de siete años cerrado esperando a su estreno. No hay perspectivas de ello pues Adif, su propietario, constata que con el actual tráfico ferroviario no es necesario para prestar el servicio en la ciudad. Este edificio, además, está incompleto pues sobre el mismo va otra estructura para dar cabida a un hotel que tal vez no veamos nunca.
Del Ayuntamiento dependen otros dos edificios de importante calado en la ciudad: el Centro de Mayores de Loreto-Puntales y la guardería infantil en la calle Dora Reyes. El primero lleva ya años cerrado tras una inversión municipal superior a los 9 millones de euros. Aunque hay una empresa a la que se le ha adjudicado la gestión, no ha sido capaz de abrir el centro ante la escasa demanda privada y el corte de las subvenciones a las plazas públicas. En el caso de la guardería, pequeña y oscura, lleva tiempo terminada pero el Ayuntamiento aún no ha fijado fecha para su apertura. Atención a los pequeños y mayores, dos colectivos especialmente necesitados en la ciudad, de complicada solución.
En el listado que se publica en estas páginas se incluyen varios solares fichados para viviendas de promoción pública. Destacamos las dos pastillas propiedad de Procasa en García Carrera con la avenida de la Constitución de 1812, vacías desde hace unos años. Al final de la avenida transversal nos topamos con el solar del antiguo acuartelamiento de la Guardia Civil, también una promoción de Procasa donde, en todo caso, sí se está trabajando aunque a un ritmo más lento de lo esperado pendiente de los acuerdos bancarios para la financiación de este costoso proyecto. Procasa tiene también un solar vacío desde hace años en los Chinchorros. La Junta de Andalucía, a través de la Oficina de Rehabilitación, mantiene en el casco antiguo cerca de una docena de fincas también vacías. Como la administración regional no tiene dinero para acometer su rehabilitación todo hace prever que se tardará un tiempo en que estén habitables. Propiedad de la Junta están también los solares del chalé de San Luis ¡vacío desde hace cerca de 30 años!, y el existente junto al Parque de Poniente de la Zona Franca. En ambos el Ayuntamiento quiere levantar viviendas. Otra cosa es que la Junta le deje, como también pasa con la segunda parcela de Matadero, abandonada desde hace una década.
En el listado se encuentran, también, algunos clásicos. Ahí está el histórico edificio del Valcárcel, cerrado desde hace una década, o el Olivillo, que supera ya la veintena disputando la cabeza de este catálogo de la dejación de las administraciones con el edificio de la Ciudad del Mar. Hay varios miles de gaditanos que nunca han visto estos edificios ocupados. En esta triste competición despuntan 'nuevos' edificios abandonados como la antigua sede del IES Rosario, en plena calle San Francisco, o las eternas obras del Pabellón Portillo.
El pasado domingo, en una entrevista concedida a Diario de Cádiz, la alcaldesa Teófila Martínez se preguntaba cómo se puede valorar en pérdidas lo que ha supuesto para la ciudad que los equipamientos prometidos por la Junta y nunca ejecutados no hayan estado en funcionamiento en su momento. A esta reflexión cabe añadir los equipamientos responsabilidad del propio Ayuntamiento, el Estado y la Diputación Provincial. Sólo en inversión directa la estimación del gasto que se ha dejado de realizar puede rondar los 900 millones de euros, a lo que habría que añadir una cantidad difícil de determinar, pero también millonaria, del impacto en la economía en la ciudad. Un hospital de referencia regional, nuevos museos, centros culturales, un complejo universitario de primer nivel, decenas de nuevas viviendas, centros comerciales, equipamiento sociales.... Y junto a ellos edificios sobre los que se plantean ya diseños pero que aún tardarán en estar listos.
La mayor parte de estos proyectos acumulan años de espera, e incluso décadas como pasa con el Olivillo, la Ciudad del Mar o el solar de la futura subdelegación del Gobierno. Hay casos que se salvan de estar en esta lista porque, aunque lentamente, las administraciones competentes ya están trabajando en ellos o se están diseñando los proyectos previos para actuar en los mismos. En este grupo están, entre otros, el castillo de San Sebastián, los baluartes y bóvedas del frente de la Puerta de Tierra, el Palacio de Recaño (sede del antiguo conservatorio de música) o los Depósitos de Tabaco. En todo caso, cabe esperar un largo de tiempo, que se podrá cuantificar en años, para que estos equipamientos abran en su totalidad al público, pues algunos se pueden visitar en parte, debido a las elevadas inversiones que implican su desarrollo.
En 2008, cuando publicamos la primera lista de 'pendientes' en la ciudad la crisis económica comenzaba a enseñar sus primeros dientes. Desde entonces, el grifo inversor se ha cerrado en su totalidad afectando de lleno a todos los proyectos que estaban en dique seco y que ahora no tienen perspectivas de ejecutarse a corto o medio plazo, como pasa con el Hospital Regional de Cádiz y la Ciudad de la Justicia, ambos responsabilidad de la Junta de Andalucía y que suponen una inversión astronómica, hoy totalmente inviable. El recorte en las inversiones ha afectado también a operaciones, especialmente relacionadas con la vivienda, como las que se ejecutan también por la Junta en Santa María y San Juan que, no obstante, hemos salvado de la quema por cuanto parece que están cerca su conclusión o inicio de las obras (en el caso del callejón Osorio).
Un caso peculiar es la Catedral de Cádiz. Aunque propiedad de la Iglesia son las administraciones públicas, en esta última fase el Estado, las que están pagando su restauración. Pero hace ya tiempo que no llega ni un céntimo, lo que no ayuda al mantenimiento de un conjunto con numerosos achaques.
Hay casos de equipamientos que están terminados desde hace meses, e incluso años, pero que aún no se han estrenado. Todos han supuesto inversiones públicas millonarias cuyo abandono toca de lleno al bolsillo de los contribuyentes pues en su momento habrá que realizar nuevas inversiones para tapar los daños provocados por el cierre obligado.
Los más evidentes, por su ubicación, por la inversión realizada, por su centralidad dentro de la vida de la ciudad y por la importancia que deberían de tener si estuviesen en uso, son dos edificios que forman parte del complejo ferroviario: la vieja estación de 1905 y el edificio del vestíbulo. El segundo lleva más de siete años cerrado esperando a su estreno. No hay perspectivas de ello pues Adif, su propietario, constata que con el actual tráfico ferroviario no es necesario para prestar el servicio en la ciudad. Este edificio, además, está incompleto pues sobre el mismo va otra estructura para dar cabida a un hotel que tal vez no veamos nunca.
Del Ayuntamiento dependen otros dos edificios de importante calado en la ciudad: el Centro de Mayores de Loreto-Puntales y la guardería infantil en la calle Dora Reyes. El primero lleva ya años cerrado tras una inversión municipal superior a los 9 millones de euros. Aunque hay una empresa a la que se le ha adjudicado la gestión, no ha sido capaz de abrir el centro ante la escasa demanda privada y el corte de las subvenciones a las plazas públicas. En el caso de la guardería, pequeña y oscura, lleva tiempo terminada pero el Ayuntamiento aún no ha fijado fecha para su apertura. Atención a los pequeños y mayores, dos colectivos especialmente necesitados en la ciudad, de complicada solución.
En el listado que se publica en estas páginas se incluyen varios solares fichados para viviendas de promoción pública. Destacamos las dos pastillas propiedad de Procasa en García Carrera con la avenida de la Constitución de 1812, vacías desde hace unos años. Al final de la avenida transversal nos topamos con el solar del antiguo acuartelamiento de la Guardia Civil, también una promoción de Procasa donde, en todo caso, sí se está trabajando aunque a un ritmo más lento de lo esperado pendiente de los acuerdos bancarios para la financiación de este costoso proyecto. Procasa tiene también un solar vacío desde hace años en los Chinchorros. La Junta de Andalucía, a través de la Oficina de Rehabilitación, mantiene en el casco antiguo cerca de una docena de fincas también vacías. Como la administración regional no tiene dinero para acometer su rehabilitación todo hace prever que se tardará un tiempo en que estén habitables. Propiedad de la Junta están también los solares del chalé de San Luis ¡vacío desde hace cerca de 30 años!, y el existente junto al Parque de Poniente de la Zona Franca. En ambos el Ayuntamiento quiere levantar viviendas. Otra cosa es que la Junta le deje, como también pasa con la segunda parcela de Matadero, abandonada desde hace una década.
En el listado se encuentran, también, algunos clásicos. Ahí está el histórico edificio del Valcárcel, cerrado desde hace una década, o el Olivillo, que supera ya la veintena disputando la cabeza de este catálogo de la dejación de las administraciones con el edificio de la Ciudad del Mar. Hay varios miles de gaditanos que nunca han visto estos edificios ocupados. En esta triste competición despuntan 'nuevos' edificios abandonados como la antigua sede del IES Rosario, en plena calle San Francisco, o las eternas obras del Pabellón Portillo.
El pasado domingo, en una entrevista concedida a Diario de Cádiz, la alcaldesa Teófila Martínez se preguntaba cómo se puede valorar en pérdidas lo que ha supuesto para la ciudad que los equipamientos prometidos por la Junta y nunca ejecutados no hayan estado en funcionamiento en su momento. A esta reflexión cabe añadir los equipamientos responsabilidad del propio Ayuntamiento, el Estado y la Diputación Provincial. Sólo en inversión directa la estimación del gasto que se ha dejado de realizar puede rondar los 900 millones de euros, a lo que habría que añadir una cantidad difícil de determinar, pero también millonaria, del impacto en la economía en la ciudad. Un hospital de referencia regional, nuevos museos, centros culturales, un complejo universitario de primer nivel, decenas de nuevas viviendas, centros comerciales, equipamiento sociales.... Y junto a ellos edificios sobre los que se plantean ya diseños pero que aún tardarán en estar listos.
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