jueves, 20 de diciembre de 2012

El faro de las Tuercas. José Pettenghi

Cádiz. A la Constitución de 1978
Como se sabe, Cádiz es la ciudad más antigua de Occidente. Y si además se mira su fecha de fundación es también la de más edad. Así mismo se sabe que las ciudades pasan por períodos históricos -la gloria, la decadencia, la ruina incluso- que van dejando su huella. Así, Cádiz tiene en su cara marcas de haber vivido mucho. Porque es una ciudad. Todavía. 

Por eso cabe preguntar ¿qué dejará al paisaje urbano del porvenir el actual período? O sea, la era teofilense que va ya para veinte años. Pues bien, por lo que se ve, Cádiz quedará sembrada de artefactos metálicos más o menos oxidados en una sinfonía de chapa, tornillos y remaches: el pollo-jaula, el candado, el kiosko Quilla, el parking de Genovés, el Parador… A toda esta ferralla citada de memoria -seguro que hay más- se unen esos extravagantes cachivaches metálicos que la ironía popular ha bautizado como Queco y Queca: dos lavadoras tuneadas que -se supone- son el tributo monumental de la ciudad al acontecimiento estelar de su historia: la Constitución de 1812. 

Sobre gustos no hay disputa, pero me atrevo a sugerir que el material de estos monumentos al soplete y al remache no es el más idóneo para su mantenimiento y durabilidad en el clima de esta Ciudad Patrimonio de la Humedad. Aunque bien mirado quizá sea lo mejor. 

Pero ¿a qué obedece esta mórbida pasión municipal por la chapa? ¿Surge del subconsciente? ¿Es algo intencionado? ¿De qué rara patología política se trata? ¿Se sabrá algún día? 

Lo mismo es un merecido homenaje a Vigorito. O a las ferreterías que han cerrado por la crisis. O un desagravio por la misteriosa desaparición del cuadro Los mojosos. O una alegoría a la política recaudatoria del Ayuntamiento, capaz de chupar la sangre a la estatua del mismo Moret. O un guiño a la obstinación municipal por echarle mano a la verja del muelle. 

No sé, lo cierto es que se va 2012 y el Ayuntamiento de esta ruina tan pintoresca llamada Cádiz nos sigue colando trolas publicitarias de puentes que iluminarán el futuro y rollos baratos del Faro de las Libertades. 

Pero lo que se ve es el Faro de las Tuercas.

(Publicado en Diario de Cádiz)

No hay comentarios:

Publicar un comentario