jueves, 6 de diciembre de 2012

Campeones, José Petthengi

LA Constitución, ese clásico del humor, asegura que el trabajo es un derecho, pero aquí, en 2012, fecha tan señalada, lo hemos conseguido: ¡Somos campeones en desempleados! ¡Cádiz, la mayor tasa de paro! Campeones oé, oé, oé. 

Bueno, al menos somos campeones de algo y esto, aunque no se crea, tiene mucho mérito, y es un récord muy trabajado pues Cádiz pierde población desde hace años y sin embargo - milagro - se dispara el número de parados. 

¿Cómo se consigue que además sea un éxito? Lo primero consiste en distraer al pueblo quitándole ese defecto tan incómodo que es la ciudadanía, mediante una esmerada obra de ingeniería emocional. 

Así ahora valora mejor ese pedazo de estadio que le han hecho gratis, aprecia más que la semana santa dure todo el año y disfruta más del afectado artificio de su carnaval domesticado. Por último se le anestesia con chorradas iberoamericanas que, aunque no interesan a nadie, son gratis, y aquí gusta mucho lo de válvula. Y así no protesta nadie. 

A la gente de la cultura y a los intelectuales también se les atonta. Cuesta un poco más porque algunos tienen estudios, pero no es obstáculo para que el poder público, con dinero público, los tome en prenda públicamente, los halague y les dé cuelo en un pregón, dos homenajes y tres actos de medio pelo. Ellos se lo creen, se engríen y se dan postín. Eso nunca sale gratis, pero ellos tampoco dicen ni pío. Los periodistas bastante tienen con mantener su puesto de trabajo, así que tampoco están para decir mucho. 

El comercio llora y llora, y los juzgados convertidos en oficinas de recaudación de los bancos, tampoco son lugares apropiados para decir nada. ¿Los políticos? Ellos están en sus cosas, dedicados a sus intereses, a sus logros y distinciones zurupetas, a sus festejos iberoamericanos, a sus discursos huecos, tan previsibles y tan fuera de la realidad. Y hacen como que mandan, pero sólo obedecen. Eso sí, podrían disimular un poquito. 

Y mientras, en la calle, los vivas a la Constitución se mezclan con el grito de campeones oé, oé, oé, que traducido resulta: nos quitarán hasta lo bailao.

(Publicado en http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/1413437/campeones.html)

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