Cádiz 2017, una nueva oportunidad
En cuatro años se cumplen 300 años del traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla a la capital gaditana, lo que le daba el monopolio comercial con América
JOSÉ A. HIDALGO CÁDIZ | ACTUALIZADO 13.01.2013 - 01:00Hoy las ciudades buscan fechas en sus calendarios particulares que les ofrezca excusas para afianzar su desarrollo como sociedad. Pasó en Sevilla y Barcelona en 1992, pasó después en Zaragoza y Valencia, con otros eventos internacionales y pudo pasar en Cádiz con la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812.
No alcanzó este evento, como ya hemos repetido en numerosas ocasiones en las últimas semanas, los ambiciosos objetivos marcados por unos y soñados por otros. Pero sí se avanzó en una serie de equipamientos e infraestructuras que, por su grado de desarrollo, necesitan un último impulso tanto para garantizar su conclusión como para ponerlo en marcha. Es necesario, por ello, una nueva excusa, una nueva fecha que marcar en nuestro calendario para centrar en ella nuestros deseos.
¿Y qué fecha mejor que el 12 de mayo de 2017? Ese día Cádiz celebrará el tricentenario de la llegada a Cádiz de la Casa de la Contratación. Un fecha ideal para afianzar dos pilares para el Cádiz del futuro más inmediato: el Cádiz como ciudad del comercio heredera de los centenares de empresas dedicadas a estos menesteres hace tres siglos; y el Cádiz como ciudad estrechamente relacionada con Hispanoamérica, en directa conexión con el plan sobre la plataforma logística que se impulsa ahora desde el Ayuntamiento.
Manuel Bustos, catedrático de Historia Moderna, evidencia la importancia de este acontecimiento en nuestra historia, superando lo que supuso la presencia en Cádiz de las Cortes que aprobaron el texto constitucional de 1812. Destaca que la ciudad llega a la época de la Constitución aún en uno de sus mejores momentos. "La Constitución fue importantísima, pero si Cádiz está en los anales de la Historia no es por ella sino por la presencia de la Casa de la Contratación y su papel relevante en el comercio con América".
A pesar de los intentos de Sevilla por sabotear esta decisión real, que estuvo a punto de triunfar durante el breve reinado de Luis I, Cádiz mantuvo la presencia de la Casa (que tras varias ubicaciones provisionales tuvo sede propia en el edificio que hoy es la Diputación Provincial) a la que unió también el Consulado de Cargadores con lo que desde aquí se controlaba todo el sistema administrativo creado por el Reino en sus relaciones comerciales con las colonias.
"Fue la etapa dorada de Cádiz, cuando se le denominó Emporio de la Orbe. La ciudad era conocida en todo el mundo, con un indudable atractivo en todos los países". Una potencia tal que aun cuando apenas unas décadas más tarde se firmó el primer decreto real para ampliar el número de ciudades con capacidad para comerciar con las Indias, Cádiz seguirá liderando esta relación acumulando ella sola más del 75% de este comercio.
En poco más de cuatro años se conmemorará el tricentenario de esta gloriosa fecha. Aprendido los errores en la gestión del bicentenario de la Constitución, Cádiz y sus instituciones públicas y privadas deberían de plantear la celebración de este evento. Cierto es que de cara al exterior pueda tener una relevancia mediática menor, aunque, también es cierto que la que ha tenido el Doce ha sido especialmente decepcionante.
Con ello, debería de plantearse como una celebración más "íntima" pero que a la vez pusiese de nuevo a Cádiz en el mapa de las grandes capitales costeras. Hay tiempo de sobra, a pesar de que la crisis económica resta agilidad en las inversiones públicas, para concluir infraestructuras (segundo puente, alta velocidad) y adelantar otras (reordenación de la Zona Franca, muelle de contenedores y el gran espacio de ocio en el que debería de convertirse la Punta de San Felipe) que ofreciesen al visitante la imagen de una ciudad pujante. Otra cosa es que en este tiempo salgan adelante proyectos también de calibre pero, desgraciadamente, de difícil ejecución (Hospital Regional, Facultad de Medicina, Ciudad de la Justicia), pero si las administraciones implicadas quieren, bien pueden darse pasos esenciales en su desarrollo.
Todo ello de la mano pública. La privada debe apostar por lo que Cádiz fue hace tres siglos: una ciudad comercial y, con ello, una ciudad inmersa en la cultura y en el ocio. Junto a los comerciantes gaditanos, que aún quedan muchos con ganas de apostar por esta ciudad, deben apuntarse a este proyecto entidades como la Cámara de Comercio, donde ya hay socios que desde hace unas semanas vienen planteando por un apuesta por conectar de nuevo con América.
Junto a ello no olvidemos que siempre que Cádiz ha vivido épocas de esplendor económico se han beneficiado de este impulso su Bahía e incluso el resto de la provincia por lo que esta celebración tendría que ser una evento para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario