El Instituto de Cádiz, pues así se conocía al Instituto Columela cuando empezó su actividad educativa, ha cumplido 150 años. Tanta historia se está celebrando, entre otras actividades, con una exposición en la Casa de Iberoamérica (antigua Cárcel Real) cuyo contenido procede de los distintos departamentos de la institución docente, y que está siendo muy visitada por el público gaditano.
El Columela se caracteriza porque es un centro educativo, a la vez, antiguo y moderno; antiguo porque lleva 150 años impartiendo docencia, sintiéndose orgulloso de su tradición docente, y es moderno porque siempre ha procurado estar en vanguardia de las novedades educativas.
El Instituto Columela ha tenido dos sedes, la primitiva, radicada en la calle San Francisco y la más reciente, en extramuros, en las proximidades de Puertatierra. Precisamente el actual edificio del Columela está tan cerca del océano que lo imagino como un navío que, tomando rumbo hacia la ciudad de Cádiz, pretendiera ofrecer a sus habitantes su más preciada carga, la cultura. La ciudad de Cádiz y el Columela forman un binomio que se ha enriquecido mutuamente con el paso del tiempo, resultando difícil entender la una sin el otro.
El Instituto de Cádiz ha sido motor y protagonista de la vida cultural gaditana como lo demuestra, entre la multitud de ejemplos que se podrían ofrecer, la conmemoración del 259 aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes que se celebró el 23 de abril de 1875, cuando el Instituto de Cádiz estaba radicado en el convento de San Agustín. Para recordar el acontecimiento se editó un libro con un extenso título, Fiesta literaria verificada en el Instituto de Cádiz para conmemorar la muerte del príncipe de nuestros ingenios; un ejemplar lo tengo en mis manos, patrocinado por una sociedad cervantina cuyo presidente y vicepresidente fueron respectivamente Francisco Flores Arenas y Vicente Rubio y Díaz, siendo este último precisamente el primer director que tuvo el Columela. Según el citado libro, tuvo que realizarse una selección de las obras literarias presentadas, pues fueron muchas las que se recibieron para festejar la referida efeméride. En el acta de la reunión literaria se alude a las personalidades que participaron en el acto y a las obras literarias que aportaron.
El Columela debe seguir su travesía, dando respuesta a las demandas educativas de los nuevos tiempos y satisfaciendo las expectativas que la sociedad gaditana vaya teniendo respecto al cometido que debe desempeñar la institución docente.
Es significativo que se haya acuñado el calificativo columeliano para designar a toda persona que se enorgullece de pertenecer o haber pertenecido al centenario instituto. Estoy convencido que las actuales y futuras generaciones mantienen y mantendrán bien alto el nivel educativo que ha caracterizado desde su fundación al centro educativo. En fin, felicidades por tus fecundos 150 años, querido instituto.
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