sábado, 8 de enero de 2011

ZP: LAS ESPINAS DE SU SECRETO

No soy el miembro del PSOE al que ZP contó su secreto, por lo que no basaré mi posición sobre su decisión en información, sino en puro análisis, heredero de los que vengo haciendo aqui sobre el mismo asunto, en los últimos meses. Zapatero va a verse obligado a ser, otra vez, el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales de 2012 y, si Rajoy sigue siendo el del PP, no puede descartarse que gane por tercera vez.
  Todavía recuerdo la cara de escepticismo con que recibieron mis interlocutores, a finales de 2008, mi comentario sobre que “no estaba claro que ZP volviera a ser el candidato del PSOE en 2012″. Aún no había yo dejado el escaño de diputado pero se habían hecho públicas, semana tras semana en los articulos y en entrevistas esporádicas en los medios, mis diferencias con el Presidente sobre la política económica anticrisis. Supongo, aunque no lo dijeron, que los amigos periodistas que me habían invitado al almuerzo, pensaron que mis dudas sobre la candidatura de ZP se debían a que la distancia abierta entre ambos había nublado mi juicio.
Estoy convencido de que, en situaciones “normales”, ZP hubiera acatado la idea de un limite de mandatos en la Presidencia del Gobierno como el que propuso Aznar y él impuso en los Estatutos del PSOE y no se hubiera presentado a una tercera reelección. Pero las circunstancias de esta legislatura, no son “normales”. Y no solo por la profunda crisis económica que, una vez ya reconocida y aceptada, nos va a exigir “cinco años más de esfuerzos y reformas”, sino también por la profunda crisis política que vivimos, que se manifiesta, según todas las encuestas, en un preocupante rechazo ciudadano a los políticos, a los partidos políticos y a los dos principales líderes políticos: el Presidente del Gobierno y el lider de la oposición.
Vivimos lo que he llamado “La España bloqueada”, como reflejo de la contradicción paralizante entre, por un lado, un sistema constitucional que fuerza al consenso en asuntos claves, bien por exigir mayorías parlamentarias reforzadas (renovación de los miembros del Tribunal Constitucional), bien por necesitar acuerdos entre Gobierno Central y Gobiernos autonómicos (reforma de la sanidad o de la educación) y, por otro, un sistema de partidos políticos que buscan sus réditos electorales en la confrontación sistemática que abre brechas insalvables con el adversario.
Tengo para mi que la raiz del malestar ciudadano con la clase política está mas en no verles capaces de ponerse de acuerdo en nada, ni en asuntos de gran trascendencia como ahora, la lucha contra la crisis económica, la reforma de las pensiones o del mercado laboral que en el contenido concreto de estas medidas. Y, como en toda situación generalizada de malestar, el Gobierno y quien lo ha encarnado de manera muy personal y personalista, concentran todas las criticas justificadas y, también, las a menudo, injustas y exageradas.
Así, estamos ahora en el punto álgido de la agitación efervescente contra el Gobierno, es decir, contra el Presidente que ha acaparado todo el protagonismo del Gobierno. Los indices de rechazo, las expresiones negativas sobre su persona (ya no sobre su política), las peticiones para que no repita o para que se vaya, así lo indican con rotundidad.
Todo ello, más los giros de una crisis económica agudizada y las debilidades que ha evidenciado respecto a una política económica discutida y discutible, han hecho que el debate sucesorio se le haya ido al Presidente de las manos. De aquella recomendación que le hice aqui hace más de un año sobre que no nos mantuviera en vilo sobre su decisión mucho tiempo y anunciara ya que se presentaba, le sacó el Presidente de Castilla la Mancha, Barreda, cuando en una entrevista de radio dijo aquello de que si ZP no se veía con fuerzas para seguir, que no se presentara, porque su trabajo solo lo podía hacer alguien con muchas ganas. Con ello vino a decir algo muy trascendental en la lógica de una organización: si no quieres presentarte, no te lo vamos a suplicar. En el mismo sentido debe entenderse la reciente afirmación del Presidente extremeño, Férnandez Vara, respecto a que tiene claro su candidato alternativo: Rubalcaba Vice Presidente (RVP).
Si ZP quería convertir sus dudas respecto a la decisión de presentarse o no, en un plebiscito sobre su continuidad, de momento no sólo no lo está consiguiendo, sino que más bien consigue lo contrario: que, a pesar de que todos repiten el ritual de que el mejor candidato es él, en realidad, no contemplan su ida como ninguna catastrofe para un PSOE que, además, tiene ya recambio. Todo ello abona la tesis de un ZP amortizado que, desde la derecha, tanto se utiliza estos días. Tesis que yo, no comparto. Y no lo hago, desde mis discrepancias respecto de muchas de sus decisiones económicas y de sus orientaciones de los últimos tiempos.
Creo que ZP volverá a ser el candidato socialista en 2012 por dos razones distintas.
La primera, porque no le veo explicando ante los ciudadanos, en el Parlamento o en un Comité Federal del PSOE las razones por las que, en este contexto tan difícil, renuncia a volver a ser candidato. Pongámonos en situación: ¿cuales serían esas razones, en una situación muy complicada como ésta? ¿que la derecha no le quiere? ¿que lo ha hecho todo tan mal que se ha convertido en el principal pasivo de su Partido y de su País? ¿que ha llegado al convencimiento de que otro lo haría mejor que él y se va por patriotismo, de partido y/o de pais? Honestamente, no lo veo haciendo esto, porque es evidente que no se lo cree. Ni, por cierto, con él, mucha gente. Ahora, las cosas están como no estaban hace un año. A lo mejor, dentro de otro año, cuando sean las elecciones, vuelven a estar de otra manera. En todo caso, ahora, las encuestas están dominadas en exclusiva por aquellos que quieren que ZP deje de ser Presidente a toda costa. Pero, cuando lleguen las elecciones, esa marea se verá compensada por quienes no quieren, a toda costa, que Rajoy sea Presidente. Y el choque entra esas dos fuerzas (cuya lógica ya he explicado en otras entradas del blog) puede dar un resultado impredecible hoy.
La segunda, porque su marcha dejaría al PSOE, al que ha dedicado toda su vida, en un situación “provisional”, aunque sea una de esas cosas provisionales que en España duran años. Me explico. Si dimite antes de las elecciones, se abrirá un período de primarias y de presentación de candidatos en un partido que ya ha demostrado dos veces (Borrell y él mismo) que los militantes no siempre apuestan por la candidatura “oficial”. Y si esta vez, a la tercera fuera la vencida y triunfara el candidato de Fernandez Vara, Rubalcaba, convertido también en candidato de ZP y de consenso entre los barones y entre quienes aspiran al puesto pero no creen que sea ahora llegado su momento, dificilmente sería percibido como una alternativa definitiva para los próximos diez años, aunque acabara siéndolo.
Todo ello me lleva a pensar que la decisión que ha tomado ZP es la de volver a presentarse como candidato a la Presidencia del Gobierno por el PSOE en 2012 despues de hacer lo que considera que debe hacer para superar la crisis económica. Y ello va acompañado de tres medidas: la primera, ya adoptada, protegerse con un Supervicepresidente como Rubalcaba, cuya capacidad política y de trabajo, está fuera de toda duda. La segunda, anunciar que es la última vez que se presenta y que va a promover una norma que establezca tres mandatos como límite en la Presidencia del Gobierno. Tercera, anunciar que no repetirá como Secretario General del PSOE en el próximo Congreso, abriendo así el período de sucesión ordenada que siempre quiso llevar.
José Luis Rodriguez Zapatero es un demócrata que sabe que en democracia son los ciudadanos quienes ponen y quitan a los dirigentes políticos. No las encuestas, no la oposición, no los adversarios, ni los medios de comunicación. Pero tampoco las elites de los partidos. Irse, en esta situación de emergencia, no es una decisión personal para un Presidente del Gobierno dispuesto a “quemarse” por su país. Tiene que hacer su trabajo y, luego, dejar que los ciudadanos juzguen.
Estas son las espinas del secreto de ZP. El tiempo dirá. Mientras tanto, mejor nos iría a todos si nos disponemos a caminar hacia ese gran acuerdo de lucha contra la crisis y por la recuperación que tanto necesita España. Porque cinco años más, de reformas y sacrificios, no se pueden hacer con las mismas formas politicas con que se ha llegado hasta aqui. Veremos. 

(Copiado del blog de Jordi Sevilla)

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