El patrimonio defensivo caído en desgracia, por José María Esteban
“Quien haya ido a mis pedagógicas conferencias, recordará, como he combatido hasta la saciedad, desde hace muchos, muchos años la eliminación de los bloques de hormigón en escolleras del Campo del Sur y Santa María del Mar. No solo lo defiendo como una agresión contra el mejor paisaje externo gaditano en limpio zócalo firmemente dibujado y mantenido. Lo defiendo ante la lamentable e inexorable claudicación de las administraciones locales y los ciudadanos, en relación al debido respeto y obligaciones exigibles a las Administraciones del Estado, responsables de sus cuidados y mantenimientos. Cuando las murallas se caían por los inevitable envites de las tormentas y las grandes mareas sobre las murallas, – hay relatos y fotos fidedignas y magnificas- , siempre, siempre desde que se construyeron, se procedía en verano a sus reparaciones. Se han restaurado por los Ministerios correspondientes continuadamente: las roturas de sillares, el vaciado del relleno y los hundimientos correspondientes en las murallas y paseos. La autoridad militar mandaba… Démonos cuenta que los primeros bloques son de los años sesenta, y las murallas tiene muchísimos años más. ¿Qué ha pasado, para que se pongan escolleras de bloques de hormigón, en vez de repararlas como siempre se ha hecho desde tiempos inmemoriales? Pues que con la “civilidad” de la ciudad y la perdida de presencia vinculada a la defensa, no se ha tenido verdadero sentido en la defensa de ese patrimonio, ya nuestro urbanamente hablando, de esta ciudad. Se ha confundido obediencia a lo superior, con sentido de desarraigo de lo nuestro. Creíamos que lo militar no era del todo defendible en la muralla, cuando lo es por naturaleza histórica de la plaza y por la belleza de su construcciones, que debemos defender con las mismas ansias que lo hacemos con las Puertas de Tierra, -aunque siempre se encuentren por restaurar- véanse también, los magníficos edificios Universitarios. Aunque si estos ejemplos se cayeran… otro gallo cantaría ¿verdad? Parece como si las murallas no se vieran. Como si por fuera no fueran nuestras. Como si la línea perteneciera al mar siendo nuestra. Va ocurriendo cada vez más con otras muchas cosas, esta ciudad tiene un grado de “pasoteo”. .. que me recuerda algunos símiles futbolísticos. Ya todo da igual cuando se pierde… Por favor no dejemos que nos borren y afeen esta magnífica línea-pared limítrofe que nos ha defendido del mar. Que cuesta mucho dinero, claro que si, como cuesta todo, incluso las instituciones políticas, tan cargadas de gastos. Hay que acometer estas obras, y eso , debe liderarlo quien representa a la ciudad, y no dejarse hacer lo mínimo con lo mínimo. Como se viene sucediendo desde que echamos a los gabachos de los caños del Real Carenero y del Puente Suazo. Si nadie nos defiende de esto contra lo misérrimo, como es impedir que se restauren debidamente las murallas, con los feísimos bloques, que de nuevo echan a nuestros pies acuáticos alrededor en la Alameda, – como otros defienden a capa y espada regenerar otras norteñas playas, puentes o murallas, que comparadas con las nuestras dan envidia en España, de punta en blanco siempre. Si eso no se defiende con los mismos dineros comunes, apaga y vámonos… pero del todo, porque el mar se parará algo, pero la ruina seguirá.
Salud. JOSE MARIA ESTEBAN GONZÁLEZ, Arquitecto.”
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