martes, 18 de marzo de 2014

Cádiz es comercio, por Fran González

Cádiz es comercio. Pero la crisis se está llevando por delante lo poco que queda del comercio tradicional en la ciudad. Hace tiempo que para miles de personas siempre es fin de mes. Las familias han disminuido el gasto en alimentación, calzado, vestido y menaje para el hogar, para destinarlo a vivienda, energía y transporte. Este estado de necesidad, junto a la fuerte competencia de las superficies y distribuidoras de mediano y gran tamaño, está dando la puntilla a cientos de establecimientos tradicionales que ven como sus ventas no paran de caer. Barrios como La Laguna, San José, o calles como Ancha, San Francisco o Compañía son fiel reflejo de esta situación. Ante esta realidad es necesario que el Ayuntamiento de Cádiz active medidas específicas para que el comercio tradicional pueda cada día seguir subiendo la persiana. 

Lamentablemente, en este tema como en tantos otros el Gobierno Municipal parece haberle dado la vuelta a la cita de Balzac: "aunque todo cambie, nada cambia si yo no cambio". Ni una respuesta a los problemas reales y concretos que plantean los gaditanos. La alcaldesa, Teófila Martínez, que se vanagloriaba de darse baños de masas por las calles, padece de agorafobia cuando se trata de ir más allá de dar dos besos y tomar decisiones que tengan impacto en la ciudad. Es el precio que los gaditanos nos vemos obligados a pagar por un gobierno gastado y en descomposición. Un Gobierno Municipal que, sí, soterró las vías del tren, pero que como siga bloqueado amenaza con soterrar toda la ciudad bajo una montaña de paro y desigualdad. 

El comercio tradicional tiene una importancia estratégica desde el punto de vista económico, social y cultural. Es un vector para el dinamismo empresarial y el empleo. Es un punto de encuentro social básico en una ciudad desierta de servicios de atención ciudadana de proximidad. Quien no conozca la función social del pequeño comerciante no conoce en profundidad el comercio tradicional. 

Pero hay más. Los establecimientos tradicionales son un elemento cultural que aglutina la idiosincrasia de una ciudad que tiene en el comercio la misma causa de su fundación. El comercio ha sido un factor clave en el desarrollo de la ciudad y es esencial en el mantenimiento de su centro histórico. Además, es una fuente de empleo en zonas de baja densidad empresarial y un apoyo fundamental para el sector turístico. 

Cádiz no puede seguir dándose la espalda a sí misma. Sin el comercio tradicional corremos el riesgo de perder parte de nuestra identidad, pero también una vía complementaria que contribuya a fijar población en el casco antiguo y aumentar el atractivo turístico de la ciudad. 

Además, en una situación sociodemográfica de envejecimiento de la población este tipo de comercio atiende a un tipo de demanda en que el consumo y la compra son prácticamente diarios y las cantidades que se adquieren son muy reducidas. La ubicación del establecimiento es un instrumento que puede proporcionar una ventaja competitiva al pequeño comerciante. Pero para ello, es imprescindible apuntalar la iniciativa privada con incentivos públicos que están en manos del Gobierno Municipal. 

Así, la mejora del transporte público, la reducción del coste de aparcamiento y una mejor vigilancia de las calles peatonales, deben ser una prioridad para facilitar el acceso de público. Medidas como la ventanilla única empresarial, un servicio integral de apoyo, orientación y asesoramiento para la creación de empresas o un fondo municipal de ayuda a emprendedores, facilitaría el inicio y el mantenimiento de actividades comerciales, mientras que una reducción de impuestos y tasas municipales que afecten al comercio, acreditaría el compromiso del Ayuntamiento en esta materia. 

Desde el PSOE de Cádiz estamos convencidos que se puede hacer más para que los establecimientos tradicionales, esos que conocemos desde niños, sigan cada día subiendo la persiana y dejen de ser una especie en extinción. El Gobierno Municipal debería sentarse a dialogar con todos los grupos políticos y con los comerciantes. Sólo se trata de pensar no sólo en los grandes pelotazos urbanísticos, sino en la actividad comercial de pequeño y mediano tamaño que es la que genera empleo y vertebra la ciudad.

(Publicado en Diario de Cádiz)

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