miércoles, 28 de marzo de 2012

Griñán: nuevos tiempos, por Rafael Román

SORPRESEA. Esa ha sido la palabra de la noche electoral para todos menos para Pepe Griñán, que confió, casi en solitario, en unos resultados distintos de los que se pronosticaban. Creyó en sus posibilidades, se empeñó contra propios y extraños y ganó su apuesta. Se quedó a un punto de Arenas. Los recalcitrantes de su propio partido, que tenían preparada la campaña de acoso y derribo, han guardado los argumentos y han vuelto a la simulación. 

Se han roto muchas cosas. La más notoria, la política del PP. Entendían que ya no tenían barreras. Que su ascenso era irrefrenable. No ha sido así. El mecanismo ancestral de la democracia de poderes y contrapoderes ha funcionado. También el principio de exigencia de responsabilidad. Las medidas adoptadas por dicho partido lo han sido contra la letra y el espíritu de la campaña electoral: "Bajaremos los impuestos", "No abarataremos el despido", "Acabaremos con el paro", se han demostrado demagógicas en las circunstancias que vivía España y en la coyuntura financiera internacional. Pero indudablemente se dijeron y se ha hecho, al día siguiente, lo contrario. La abstención deL PP en la votación del copago en Cataluña y la fuga de Arenas del debate electoral fueron malas señales al electorado. Y en dos días, más: los presupuestos. 

Se ha truncado asimismo el plan de normalizar a la baja a todas las comunidades autónomas, salvo a la vasca y a la catalana. La hegemonía del PP en todas las comunidades permitiría esa política que ahora Andalucía -como en el 28 de Febrero de 1980- va a impedir con toda seguridad. Sin privilegios ni discriminaciones. Andalucía tampoco ahora permitirá que la derecha española se entienda con la vasca y la catalana para llevar adelante semejante plan. Sabia tozudez del pueblo andaluz. 

Las urnas han mandado mensajes para todos los partidos. UPYD y PA tendrán que esperar cuatro años. IU ha duplicado su representación. Un éxito. El PP ha ganado tras 30 años de espera, pero de manera insuficiente, y tomará medidas de cambio de liderazgo cuando llegue la calma. El PSOE no ha quedado en primer lugar pero ha resistido mucho más de lo esperado y esa es su victoria: derrotar las expectativas creadas por las encuestas y el clima judicial. El PSOE tiene que tomar nota. Ha sido indultado en el último minuto. Empezará un tiempo nuevo de fuerte renovación interna y de honradez insobornable e intransigente. Griñán, con un liderazgo incontestable, lo hará cumplir.


(Publicado en Diario de Cádiz)

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