miércoles, 30 de noviembre de 2011

Utopía en Cádiz; realidad en Málaga


La integración del muelle en la capital de la Costa del Sol se completa con la apertura de una zona de ocio y comercio en la que la iniciativa privada ha invertido 80 millones
JOSÉ ANTONIO HIDALGO/ diario de CÁDIZ | 




Ayuntamiento y Autoridad Portuaria comprendieron que era necesario trabajar unidos para dar un uso adecuado al suelo de los muelles escasamente utilizados, unos 56.000 metros cuadrados. Las dos administraciones se pusieron a trabajar en 1998. Tras muchas horas de negociaciones, alguna diferencia política y más de un problema con los adjudicatarios de las obras, ayer martes, trece años más tarde, el proyecto se ha hecho realidad. El puerto, una parte del mismo, se integra por fin en la ciudad con una gran zona dedicada al ocio y al comercio y, sobre todo, sin la molesta verja que rompía la conexión de la ciudad y el mar. 

¡Ojo!, que nadie se asome a Canalejas o a la Punta de San Felipe. Aquí el muro de separación ciudad-puerto sigue en pie. Hay que viajar hasta Málaga para constatar que no es una utopía lo que en Cádiz parece un tabú para la comunidad portuaria. Hay que ir a Málaga para poder visitar, desde ayer, el centro comercial Muelle Uno, con 78 locales entre moda (28 tiendas), restauración (27 establecimientos), 20 de servicios y tres quioscos de información, todo ello con una inversión privada de 80 millones de euros, que se une al Muelle Dos, con la zona de esparcimiento Palmera de las Sorpresas y el dique de levante, donde se abrió hace poco una espectacular terminal de cruceros. 

Pero la cosa no acaba ahí. En la reordenación portuaria queda pendiente la reconversión de otros muelles para atraques de veleros, complejos de oficinas y otras actuaciones. 

A 265 kilómetros de distancia de Málaga, Cádiz sigue partida en dos. Por un lado, la ciudad; por otro, el puerto. Y por medio, la disputa entre quienes mandan en la ciudad y quienes mandan en el puerto, con posturas tan enfrentadas que imposibilitan, por el momento, la ejecución de una operación del calado de la malagueña. 

Aquí, el nuevo Plan General de Ordenación Urbana elaborado por el Ayuntamiento y aprobado por la propia Junta de Andalucía (institución que pone y quita al presidente de la Autoridad Portuaria) considera como un 'área de oportunidad' el espacio portuario comprendido entre el muelle Ciudad y el muelle de contenedores Reina Sofía. 

Defiende el Ayuntamiento que ambos espacios deben integrarse, con las correspondientes medidas de seguridad, en la trama urbana una vez entre en funcionamiento el futuro muelle de levante, donde se reubicará todo el tráfico de contenedores, centrando el floreciente tráfico de cruceros turísticos entre el Ciudad y el Reina Sofía. 

Defiende el Ayuntamiento la apertura de una gran zona destinada al ocio, el comercio, la restauración de calidad e incluso la construcción de algún hotel y de un acuario, en la Punta de San Felipe. Sería recuperar el mar para una ciudad que sigue viviendo de espaldas al mismo sin apenas aprovechar el potencial turístico que tiene y compatibilizando este inmenso espacio con la acertada apuesta por los grandes cruceros. En esta propuesta se une también el muelle Ciudad y su conexión con el paseo de Canalejas, donde el propio PSOE planteó en su día lo que denominó como la Gran Plaza de Mar. 

Frente a todo ello, tanto la Autoridad Portuaria de Cádiz como las empresas del sector, se muestran especialmente celosas de su independencia y rechazan, desde hace décadas, cualquier pérdida de soberanía. Aducen tratados de seguridad europea para mantener la verja en pie. 

Mientras, Málaga se une a otras grandes capitales costeras, como Barcelona, A Coruña, Valencia... donde la economía urbana se ha fortalecido con un concepto de puerto que aquí es una utopía.

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