Los habitantes de la Bahía de Cádiz han venido considerando a las Torres de Puntales o de la Luz, levantadas entre 1955 y 1961, como hitos significativos de un territorio particularmente plano, hasta hace escaso tiempo sólo reconocible a través de la cartografía, por la ausencia de atalayas naturales, pero poco sabían acerca de su calidad que las coloca entre la mejor arquitectura del siglo XX. En buena medida por la escasa intervención de la crítica especializada y la inexistencia de documentos divulgativos, si bien a muchos profesionales nos admiraba esa belleza fruto de su pureza estructural que las emparenta con la Torre de Radiodifusión de Moscú, obra de Vladimir Shújov (1920-22) considerada pieza emblemática del Movimiento Moderno, estilo que caracteriza la arquitectura de la contemporaneidad. La Guía de Arquitectura de Cádiz que redacté con Juan Jiménez Mata, publicada por la Junta de Andalucía en 1995, destaca el interés de estas espectaculares construcciones. A partir de ese libro es cita obligada en todos los documentos sobre arquitectura española del siglo XX, que completan esa primera referencia con datos más precisos, como la autoría de la obra que hoy sabemos corresponde a tres grandes ingenieros italianos: Alberto Toscano, Remo Scalla y Alberto Santi. En publicaciones internacionales se las conoce como Pylons of Cádiz (Pilones de Cádiz).
Pero curiosamente el primer profesional foráneo que repara en los Pilones de Cádiz no es precisamente arquitecto, ni ingeniero ni crítico, sino el realizador de televisión Valerio Lazarov (1935-2009), rumano afincado en España e Italia, quien en 1972 realiza sobre una de las Torres, la cimentada sobre el Fuerte de San Lorenzo del Puntal, un espectacular video clip, en el cual monta una versión peculiar del Porompompero de Manolo Escobar, inspirado en la estética de Stanley Kubrick en “2001 una Odisea del Espacio” (1968). Lo interpreta Marisol (Pepa Flores) en estilo punky. La conocida actriz presenta en este trabajo una imagen de transición desde su etapa de niña cantora a una intelectual con compromiso político, tal como aparece junto a Antonio Gades en “Los Días del Pasado”, de Mario Camus (1977). En definitiva, resulta significativo el uso de nuestras Torres para la explotación comercial del gusto por las tecnologías avanzadas.